
Han pasado más de 5 meses desde que la provincia de Loja cuenta con nuevas administraciones: prefecto, alcaldes, concejales y presidentes de las juntas parroquiales. Según David Álvarez Banegas, activista político, hasta el momento, no existe mayor cambio, “todo sigue igual”.
Circunstancias
El activista político lojano señaló que al momento que una persona lanza su candidatura, para asumir algún tipo de cargo, tiene que tener claro —desde un inicio— si va a contar con presupuesto, cuáles son las funciones y qué puede o no hacer una vez en el puesto.
“Tras varios meses en funciones, no existe mayor cambio. Se ha escuchado de las mismas autoridades cantonales, en sus intervenciones, que no hay presupuesto debido a que los han dejado endeudados; sin embargo, allí va el poder de la gestión, es decir, el representante de ese pueblo debe buscar los recursos para hacer obras y no esperar a que le lleguen”, dijo.
Para muestra, en la actual administración municipal del cantón Loja, puntualizó el activista, el alcalde Franco Quezada Montesinos sigue de visita en visita en los barrios, ofreciendo nuevos proyectos, pero recordar que existe el Plan Operativo Anual (POA), donde se establece que van a realizar dentro de ese período y los recursos establecidos, caso contrario no podrán hacer nada.
Además, esta decisión no solo es de la autoridad de turno (alcalde, prefecto o presidente de la junta parroquial), sino del equipo de trabajo —ellos también se convierten en asesores— es así que deben tener conocimiento en el área y no solo estar en ese puesto por favores políticos: esa es una de las más grandes falencias.
También deben conocer con que personal técnico cuentan porque “hay funcionarios que tienen la preparación adecuada con maestrías o doctorados, pero desgraciadamente, cuando se entra en el campo político o represalias, han existido casos de ingenieros en secretaría, recibiendo documentos, cuando deberían estar explotando su conocimiento y ayudando a la administración”, puntualizó. (I)