No perdamos la pasión por vivir

En tiempos de cambios bruscos, entender la pérdida y evitarla es vital, porque hay cosas que aún no entendemos bien. Nos han mandado a llevar el trabajo a casa, y a poner el hogar por debajo del nivel de la obligación laboral, esto ha trastornado la vida humana.

En este caso, la palabra “crisis” no es solamente las quiebras financieras, las bajas en los montos de las ventas, las pérdidas de utilidades y empleo, la escasez de dinero. Pues, hay crisis derivada de cómo vivimos los cambios en nuestra forma de trabajar.

Para los empleados acostumbrados a realizar sus tareas presencialmente, compartir con sus compañeros, y hacer lo pre-establecido, con horario límite, las cosas se han presentado cuesta arriba.

Un conjunto de situaciones, que significan cambio en el estilo de vida, está generando pérdida. Por ejemplo, en la tarea remota, la falta de límites y horarios, que propicia sobre trabajo. La falta de ambiente acorde para laborar, donde las distracciones afectan el rendimiento. La motivación que no es la misma, si la actividad no es presencial, pues, los excesos emocionales y físicos están causando estragos.

De ahí que, desde mi punto de vista, hay que entender por dónde estamos perdiendo para salvarnos. Hay que cambiar el paradigma de “pérdida”. Me valgo de la tarea laboral remota, para explicar. Pues, hay gente que se ha sumergido en el exceso de trabajo, por no tener un horario de salida obligado, para hacer alto a la actividad. Esto conlleva descuidar la vida familiar y personal.

También, la tarea remota, nos deja propensos a la distracción en actividades de ocio, y como dice ese adagio popular: “En arca abierta el justo peca”. Por otra parte, la falta de estímulo genera desmotivación. La libertad de hacer la tarea remota, causa vacío emocional para quien estuvo adiestrado a competir, buscar resultados y reconocimiento.

La pandemia no solo ha menguado la salud por el virus, también lo hace por los cambios bruscos de estilo de vida y nos lleva a una pérdida inminente de entusiasmo. Sobre viene el derrotismo acentuado con la escasez del dinero.
Así, aunque los empleados se propongan laborar, no lo hacen. Los patronos quieren cumplir con las obligaciones laborales, pero no lo logran, por la falta de producción. Y ante todo esto, la crisis es más grave de lo que entendemos por la pérdida de pasión.

En países latinos, a más de las situaciones por vía de desempleo, la pobreza, la precariedad, y diversas formas de discriminación, que impiden a la población acceder a los recursos para una vida digna; ahora, se une la crisis emocional, que mengua el recurso interno de cada persona. Es necesario evitar la pérdida de la pasión por vivir, si queremos salir de la crisis.