Así nació con todo al aire, hace 24 años

Yo me encontraba visitando en su oficina a Nancy Maldonado mi buena amiga, en febrero de 1997 -ella era secretaria de radio regional- era un lunes 3 de febrero, en la plática con Nancy, yo le había comentado que me gustaría mucho tener un programa de radio, que incluso ya tenía pensado hasta el nombre del mismo. Estábamos conversando de eso, cuando de pronto entró a la oficina la Licenciada Lucía Espinosa propietaria y gerente de la radio después de saludar con esa amabilidad y gentileza tan suyas, para sorpresa mía, Nancy le comentó mis sueños de hacer radio, y en un momento mágico que nunca olvidaré la Licenciada Lucía me dijo me parece bien y agregó si quiere hacerlo aquí podría empezar este mismo sábado 8 yo totalmente abrumado ante semejante y lindo voto de confianza, entre confundido y sorprendido respondí que sí.

De vuelta a casa ayudado por mis amigos de barrio Paúl Pacheco y Jaime Encalada recién comprendí la magnitud de lo que me acababa de echar encima y sentí una rara mezcla de responsabilidad y miedo, pero no miedo de cobardía sino del otro, de ese que te plantea retos nuevos que exigen mucho y los tomas con inmensa ilusión y el temor a fallarles a los que te tienen fe y confían ciento por ciento en que lo harás bien. Yo venía precedido de varios años de hacer prensa escrita en este campo había hecho de todo un poco, desde publicar poemas en las páginas literarias de algunos prestigiosos diarios de Loja, hasta reportajes y artículos de opinión para esos mismos rotativos. Además colaboré por cerca de tres años en la página cultural del Siglo, un periódico de aquel entonces invitado por mi ñaño de alma, intensamente blanca William Brayanes, me acuerdo que con grabadora en mano y con mi complicada dicción y claro con la ayuda de mis amigos de barrio transitaba por mi ciudad entrevistando a personajes de la cultura lojana, mi sueldo era veinte mil sucres semanal, que William se tomaba la molestia de traerme a mi casa cada jueves y llevaba mi entrevista digitada con mucha dificultad en la clásica y vieja máquina de escribir ‘erika’, de mi padre.

Pero el mundo de la radio era totalmente inexplorado por mí, pero ya estaba embarcado en ese desafío y no podía ni quería dar marcha atrás. En la primera emisión, todo fue improvisado desde el locutor que fue mi hermano que se ofertó a colaborar, hasta los cortes publicitarios, estoy seguro de que de no haber sido por la experiencia de mi amigo que me hizo controles ese día y de la calidad de primer invitado que tuvimos todo hubiese ido mal.

Pero bueno después como dicen vulgarmente, ya le fuimos cogiendo la caña y estamos aquí 24 años después, para contarlo y para agradecer al buen Dios por permitirlo y luego a las personas que hacen posible que cada semana sigamos con la misma ilusión. A más de 50 voces frente a los micrófonos, a todos los que me han transportado de la casa a la radio y viceversa, a todos los más de mil invitados que han aceptado ser entrevistados por nosotros, a los gerentes de las 3 emisoras anteriores, al gran amigo Fabricio Oñate Valdivieso que nos acoge 6 años. Lo que pasará con el programa solo Dios lo sabe mientras tanto sigo aquí mirando al horizonte feliz CON TODO AL AIRE