Un mal sueño

Aunque en Ecuador todas las cosas están piernas para arriba, a nadie se le ocurre pensar que esto que nos pasa solo es un mal sueño. Imaginemos un ratito que sólo estamos soñando, y que ya nos despertamos prontito, que nada de esto es real.

Imaginé que en Guayaquil mi amiga Bachita, quiere celebrarle la boda a su hija, la única mujer entre cinco vástagos de su familia, y que en este 2021, si va a ser posible, porque la Organización Mundial de la Salud, ha decidido darnos como regalo del día internacional de la mujer, la edulcorada noticia que nos van a vacunar a todas, antes que a nadie. Esto es porque nos dieron prioridad a las mujeres, pues somos consideradas como un ser único en el universo, al que la humanidad tiene que proteger si desea prolongar la existencia del ser humano en el planeta tierra.

La noticia me la dieron por teléfono, me llamó mi amiga a avisarme, casi llorando de la alegría, pues al fin parece que este tiempo de pesadilla quedará atrás, lo que sí no sabemos, si es para este 8 de marzo o para alguno próximo, porque ahora con la confusión de quién mismo pasa al limbo de la segunda vuelta electoral, lo de la vacuna ha quedado en segundo plano y por tanto, parece que de esa forma, primero vacunarán a todos los que sean de ese plano: altos dirigentes políticos, funcionarios de gobierno, familiares de los altísimos y así en fin.

Pero, nos queda el consuelo que nosotras fuimos elegidas para ser vacunadas primero, y eso no nos quita nadie. Esto es más o menos, como lo que ocurre con el candidato al que le arrebataron el segundo puesto en las elecciones presidenciales, él sabe que el pueblo lo eligió, y eso no se lo niega nadie, a pesar de que el establishment haya colocado en segunda vuelta al que mayor posibilidad de perder tenga, así el mal sueño cobra sentido.

Por todo esto mejor, nos hemos puesto a hablar con mi amiga de la pista de baile, que entregará la novia en compañía de su padre, bailando el acostumbrado vals, claro, este bailecito, ya tendrá permiso de cercanía, y con intercambio de saliva incluido, dado que estando inmune las mujeres, los hombres no podrán amenazar con nada. Así, se podrá volver a usar el mejor lápiz labial que combine con el vestido de noche, sin que nos cubra la boca, la fastidiosa mascarilla. Quedando claro que de esta forma ya nadie tapa la boca a nadie, aunque haya más cosas que peligran y que reclamar.

Les juro, que solo de pensar que podremos volver a bailar, a tocarnos las manos y abrazarnos como nunca antes, se me hace agüita la boca, los ojos, la vida, porque no todos los días sucede que un mal sueño termina. Aunque en la política, el mal sueño parece que dará paso a la pesadilla, sin contar muertos y heridos. Bueno, sin ser pesimista, pienso en el baile, que eso sí da mejor vibra.