Las medidas ya resueltas
son del chiste y la patada,
controlando en madrugada
cuando duermo a pierna suelta.
Todo el mundo se acurruca
a casita a descansar
mientras ellos dizque buscan
al más gil para atrapar.
Las medidas tan sabihondas
de una que otra autoridad
no protegen la ciudad
que navega en crisis honda.
Por la noche mis bonitos
ya los chumos van a casa,
y ya ven, que nada pasa,
se regresan tempranito
El problema es en los días
del bullicio en los mercados,
donde en pueblo entreverado
compra y vende las sandías.
¡Qué distancia, ni ocho cuernos!
¡Qué control, es payasada!
yo aquí vendo mis huevadas
en la calle que es infierno.
El control es tontería,
no hacen caso los señores
que ha copado los sectores
con sus formas y manías.
Se amontonan al negocio,
los que compran, los que venden,
esas cosas no sorprenden
porque aquí es tierra de nadie.
No nos queda otra salida
que cuidarnos, don Padilla,
con tres, cuatro mascarillas,
en defensa de la vida.
A cuidarnos mis bonitos,
con alcohol, distanciamiento,
que el ambiente virulento
no se marcha rapidito.