En muchas cosas damos solo las sobras

Ruy Fernando Hidalgo Montaño

El movimiento telúrico de este domingo 28, personalmente me hizo plantearme nuevamente lo vulnerables que somos. Pero tenemos un ego gigante no acorde a nuestra fragilidad, este ego no nos permite dar todo lo que queremos y deberíamos dar a los demás, en realidad nos conformamos con dar solo las sobras, en los diferentes ambientes en los que se desarrolla nuestra vida. Me explico, son escasas las personas que dan, o comparten el tiempo de sus actividades normales con sus semejantes, aun siendo seres muy cercanos en nuestra cotidianidad. Y no solo nos comportamos de esta manera en lo material, sino que lo hacemos también, con los sentimientos, afectos, compañía y en muchísimos aspectos más.

Se ha vuelto muy común auto justificarnos, pregonando a los cuatro vientos las múltiples ocupaciones que tenemos y que nos impiden escuchar, ayudar, acompañar, regalar, reír y llorar con los otros. Decimos, cuando me quede un poco de tiempo libre escucharé, ayudaré, acompañaré, regalaré, reiré y lloraré con los que amo, me pregunto y les pregunto ¿Eso no es pensar en dar sobras?

Tampoco ignoro la realidad de la situación actual, en la que hay que pelearla para ganarse la papa como dice nuestro pueblo, pero siempre nos quedará en un recodo del día a día, un espacio para dedicarlo a los que cohabitan nuestro mundo, brindándoles ternura, aprecio, demostrándoles cuan importantes son en nuestras vidas. No dándoles migajas de apretadas agendas, peor aún, diciéndoles todo lo que tuvieron que dejar o cambiar para visitarles, jamás recalcando la importante reunión en la que estarían, de no haber sido por ir a verles. Se siente muy mal cuando alguien te dice lo que tuvo que sacrificar por escucharte un momento, o por estar contigo un instante, es otra de las oportunidades en las que parece que te estuvieran dando sobras.

¡Pero como cambia el panorama de tu día, cuando te dicen vine a verte porque me encanta estar contigo! Son pocos los que lo hacen sin ningún interés de por medio ¡Y que bien que suena y más bien se siente! Lo demás son solo sobras.
Padres y madres que cuando sus hijos quieren contarles algo, se excusan en el trabajo o en el cansancio que tienen para poder poner atención a sus inexpertas inquietudes fruto de su niñez, adolescencia, o juventud, pero les llama un amigo en ese mismo instante y salen presurosos en busca de diversión. Y sin embargo son los primeros en juzgar con extrema dureza los errores en los que caen por recibir las sobras de tiempo y consejos de sus padres.

Los políticos, que primero se embolsan la parte jugosa de una partida presupuestaria destinada a una determinada obra, y al final del día en esa obra la ciudadanía recibe las sobras de lo que se robaron en la mayoría de casos impunemente.

Novios que dejan que su pareja ponga fidelidad, amor, sentimiento puro en una relación, mientras él o ella no se inmutan en dar retazos o sobras de lo que quedó de algún desengaño

Lo que tú das ahora, se reflejará en lo que recibas más adelante, procuremos dar cosas renovadas con generosidad espontánea y amor. El fin, puede sorprendernos en el momento menos pensado, como el rayo que estremeció nuestra fragilidad humana la semana pasada, no estaría bueno que nos recuerden por dar sobras en todo sentido.