Climas

David Rodríguez

La Hoya de Loja, en los meses de mayo y junio, cuenta con climas primaverales debido a la acción de los vientos que soplan del este y del cañón del Zamora. Horas de calor en el medio día y de frío y de ventoleras que calan los huesos en la noche. Días estivales y otros días que parecen noches polares. Julio y agosto, nubes y garúas. Vientos en remolinos con amplias espirales capaces de llevar las techumbres.

El capricho orográfico del norte provincial, donde poderosas masas rocosas se sublevan para ir hacia el sur, crea verdaderas anarquías climatológicas. El clima de todas las cordilleras centrales es frío y de humedad penetrante, especialmente en los meses de intensas garúas que vienen por el cañón del Zamora y desde las alturas orientales.

Los valles de Catamayo, Piscobamba, Cazanga y Malacatos tienen calidades malsanas en las épocas invernales. En el verano se aprecia un clima seco y caliente en el medio día, y más aún en los lugares donde predomina la sequedad, la aridez del suelo y la falta de irrigación. Sólo el afrodescendiente ha podido resistir al anofeles y otras enfermedades malignas de estos valles. Suelos de gran porvenir si se llega a una completa irrigación, parcelación y erradicación de las enfermedades tropicales, especialmente las respiratorias. Valles con torrenciales aguaceros y con necesidad diaria de canales de riego en el verano.

Las zonas montañosas orientales de los cantones Loja y Calvas, hasta los 3600 metros, tienen un clima perpetuamente frío y húmedo. El viento huracanado pasa desmelenando a los sauces y escarmentando los ponchos.

La zona de los páramos está en el cantón Saraguro, en la que predomina la estación lluviosa; zonas a penas adecuadas para la agricultura, pero sí para la selvicultura. Las zonas montañosas orientales que corresponden a las parroquias Jimbilla, Amaluza y Jimbura son las zonas de las maderas, reservas que tienen que ser controladas.

En las mesetas altas de la cordillera de Celica, como en las de Pózul y Alamor, el clima es fresco, semi húmedo, superficialmente lluvioso y muy apto para las acciones agropecuaria. Hay temporales en que el viento manotea en la cara y se escurre, rezongando sobre la amplitud de las mesetas y el frío de las cuchillas.

Por las rugosidades del suelo, disponen de una multiplicidad de climas, que hace posible una producción agrícola muy rica. Estos son los jaguayes, que hacen posible una producción agrícola rica. Gran parte de los suelos de estas mesetas reciben las aguas de las primeras fuentes, y con la irrigación, el verano es primavera. Las bajas mesetas tienen un clima templado y seco, pero escasean las lluvias porque están lejanas las zonas arbóreas.

Los suelos ribereños de muchos ríos disponen de un clima semi tórrido pero tonificante y apto para la agricultura de calidad subtropical. Magnífica calidad de tierras; irrigadas, de extraordinaria producción, a pesar de una agricultura rudimentaria y de la carencia de asistencia técnica y de la ayuda económica de los poderes del Estado.