Blanco rima con color,
el amor con la pasión
con la extrema seducción
que se vuelve un gran dolor.
Nada rima con algunos
y uno que otro con aquellos,
con el sol y sus destellos
y los cuatros con los unos.
Todos riman con la gente
y sus formas divertidas,
rima el fuego con la vida
y los locos con su mente.
Rima el día con su noche
y el silencio con el ruido,
lo impoluto al percudido
y la gracia al cruel reproche.
Rima el odio a su venganza
entre seres planetarios,
el instinto cavernario
rima siempre y ya no alcanza.
Rima el pobre con su rico
y el famélico al obeso,
los tranquilos y traviesos
al Señor que santifico.
Rima el gusto y la alegría,
la amargura y la dulzura,
la aspereza y tesitura,
tu dolor y el alma mía.
Todo rima con su nada
bajo un cielo de tristeza,
rima el ocio y su pereza
en su noche desolada.
Rima Dios con la grandeza
y sus llaves milenarias;
y sus manos solidarias
versifican su proeza.
Rima el mundo y su futuro
que se torna impredecible,
rima todo lo invisible
con las formas de mi muro.
Rimas tú, rimamos todos
con los días adyacentes,
rimo yo con los presentes
y las formas con sus modos.
Rima el verso con la fobia
de los prístinos lectores,
rima el preso de colores
con su enteca claustrofobia.