Entre las nubes y la tecnología

Ruy Fernando Hidalgo Montaño

En un encuentro reciente con mi primo Wilson, él, hacía referencia a como se había desarrollado nuestra infancia, pues compartimos muchos años de la niñez. Y recordábamos que, habíamos sido muy afortunados porque nacimos en una época muy diferente a la actual, en todos los sentidos, disfrutábamos de más tranquilidad, yo creo que, incluso el clima era distinto al de ahora, me parece personalmente, que, había más días soleados, menos lluvias. En nuestros juegos se ponía de manifiesto la creatividad que poseíamos cada uno de nosotros, nuestra imaginación se ponía de manifiesto en lo que inventábamos para jugar y recrearnos. Todo era más artesanal, por ende, muchísimo más entretenido para nosotros para todos, siempre ideábamos como divertirnos, de las formas más variadas que se nos ocurrían en el momento y al paso. Las mañanas y tardes pasaban de prisa, pero les sacábamos el jugo totalmente, uno de los juegos que vienen a mi memoria es, cuando veíamos películas en las nubes, observábamos figuras en las nubes, que para nosotros tomaban vida, mientras nuestras mentes infantiles creaban una historia, que nuestras voces de niños narraban, eran escasos los juguetes que teníamos, pero esto no impedía que hagamos carritos de barro, pelotas de trapo, casitas con palitos de helado, futbolines con tablas y clavos, tableros de damas con cajitas que nadie usaba con los cuadros pintados con  marcador o acuarelas, los contendores se enfrentaban el uno con maíces, y el otro con piedritas, sobre aquel tablero improvisado.

El futbol nos llegaba solo por radios de Guayaquil o Quito, en el caso del puerto principal, los narradores más populares de aquel tiempo eran, Ecuador Martínez y Petronio Salazar, y en la capital, Alfonso Laso, bajo el seudónimo de Pancho Moreno, narraba con su peculiar estilo los goles, el otro relator muy recordado era Carlos Efraín Machado. Entre tanto acá, en la castellana Rusbel Barrazueta nos hacía vivir lo que sucedía en el federativo, que tenía la tribuna con graderíos de madera

Y sin apenas darnos cuenta todo cambió en un abrir y cerrar de ojos, como decía mi abuela todo se fue en un ¡Ay! Y las nubes se cambiaron por Netflix en casa, con cine a granel, los juegos artesanales, por infinidad de juegos en una moderna PlayStation, el futbol que nos llegaba por radio, ahora llega en un pague por ver, la tranquilidad de ayer, se trocó por violencia por doquier, la tecnología mantiene cautivos a personas de toda edad, mediante dispositivos que cargan a toda hora, en todo lugar, las guerras al orden del día, los valores con un se busca desesperadamente grande. Henos aquí, entre las nubes y la tecnología, creyendo firmemente que nacimos y seguramente moriremos a tiempo para no ver más desastres.