
Por: Sandra Beatriz Ludeña J.
María Yolanda Castillo L.
Personaje: Boris Salinas Ochoa
Tipo de emprendimiento: Cultural
Nombre del Emprendimiento: Ñaño Casa Museo.
Rama de actividad económica: Pintura plástica y escultura.
Es fácil llegar a Ñaño Casa Museo, pues, desde la puerta de este espacio mágico se ve el umbral cubierto con mosaico y aves, que dan la bienvenida a este paraíso de cultura y arte.
Historia: Conversamos con Boris Salinas sobre Ñaño Casa Museo, y nos dice que la palabra “Ñaño”, conecta con familia y Casa Museo, porque allí viven familiares artistas; es un lugar creado para vivir y disfrutar el arte.
Es pionero en este museo que combina el quehacer cultural con lo vivencial. A más de sus esculturas, hace conversatorios, exposiciones, presentación de obras, visitas guiadas, como activismo cultural.
Estudió Cerámica y Diseño en la Universidad Técnica Particular de Loja, posee una Licenciatura. Es autodidacta en el arte, cultivando técnicas en su trayectoria de veinticinco años.
Su vocación es nata, en la niñez hacía historietas de héroes que se hundían en el agua, saltaban obstáculos. Más tarde, perfilaba vivanderas. Luego pintó los problemas sociales: la hambruna, los niños de la calle; ante los cuales es sensible, los vivió en su entorno.
Sus primeras letras las escribió en la escuela Alejandrino Velasco, época que no olvida, por sus primeras obras.
Forma de trabajo: Hace realismo social y fantástico, tanto en escultura como pintura. Intervenciones en mosaico sobre espacios de edificaciones que piden alma, calidez, vida.
Cree que el artista puede expresarse en formas y lugares impensables, así se ve una pintura en cartón, que plasma la negación al miedo, con una equis roja y debajo el rostro de un niño. Al pie reza: “La pobreza, marca registrada”.
Boris es polifacético, hace jardinería, gusta de los árboles, flores. Afirma: “Toda casa debe tener verde: que es vida, esperanza, creatividad”. Adorna el Museo con jardines, limitados por circunferencias, espirales, con alelíes, lirios, cactus, palmeras y arbustos.
Admira a clásicos: Miguel Ángel, Gian Lorenzo Bernini, Joaquin Soralla, Diego Velázquez y otros; de ellos aprendió. Reconoce que tiene pinturas “In Progress”, le gusta renovar, va añadiendo elementos a sus obras.
Los materiales que usa son arcilla y material reciclable. Para pintar: óleos, acrílicos, tintas de colores y otros.
Tiene estilo personal, nadie le dice qué hacer. Esculpe por encargo, si el cliente pide. Hace diseños en cerámica artística para objetos: floreros, jaboneras y más.
Da talleres a niños y adultos, duran semanas o años. Los estudiantes van desde temprana edad. En cursos enseña: cerámica, dibujo, pintura, diseño, escultura y otras.
Todo para él es inspiración, nace el deseo, hace su creación. Así encontró una abuelita, le hizo una escultura: “Marujita y la taza de café”. Ésta evoca: la mujer como la luz de la familia, ella está con su taza de café que muele, prepara y comparte. Trasmite el valor ancestral de la preparación del café.
Otra inspiración: Una noche vio a su pequeña hija con el dedito en la boca, pidiéndole haga silencio para hacer dormir a sus muñecas, esto le conmovió y lo esculpió.
El mensaje de las obras: Sus temas son sensibles a lo cotidiano, sencillos, sociales, conceptuales. Están conectados con gente del pueblo: el anciano, los niños; retrata momentos, estados de ánimo de seres anónimos. Con su técnica alcanza lo real, llegando a la perfección.
Forma de negocio: Tiene clientes locales, nacionales y extranjeros. Ha expuesto en Quito, Guayaquil y más provincias. Su obra sale del país por los que aprecian el arte.
Boris Salinas es marca. Asegura que hay escultores, pero lo que él hace, no hay. Su realismo es único, con temática social fuerte, profunda.
Por el valor artístico, sus precios en escultura van de mil a cinco mil dólares, el tiempo de producción es desde uno a cuatro meses.
Al terminar la carrera expresó su deseo de ser escultor a un profesor, quien le replicó, ¿Tienes horno?, él dijo: no, ante lo que le pronosticó: “eres hombre muerto”, pero Boris soñó con fogatas de leña y quemó sus esculturas así; hasta que compró horno.
Le dicen: deja la temática social, ésta pasó de moda, él expresa: “Lo mío no es moda, es humanismo, transmite un mensaje social, es el recuerdo a través del tiempo”.
Su propuesta se contrapone al arte contextual y al abstraccionismo, donde solo el artista sabe lo que comunica.
Nos deja la moraleja: “Que las personas hagan lo que aman, independientemente de lo que diga la familia, la sociedad; y que lo hagan con pasión y solidaridad”.
Lo encontramos en la ciudad de Loja, barrio Miraflores, calles Inés Jiménez N° 25-81 y Rumiñahui. Teléfono celular: 0989651017