¡Bien por Loja sobre tablas!

Ruy Fernando Hidalgo Montaño

Transcurría 1970 acá en Loja para ese entonces, las inquietudes por hacer arte estaban tan latentes como ahora, pero con el aditamento de los prejuicios propios de la época, como el de que muchos padres de familia se rehusaban abiertamente a que sus hijos se dediquen a hacer alguna manifestación artística. Pero en algunos casos los jóvenes de aquellos años, persistían en sus intentos de integrarse para cumplir sus sueños, puestos en una guitarra, en las letras, en el teatro, o plasmados en un lienzo, es así, que nuestra ciudad otra vez experimentaba un renacer en su tradicional fervor por el arte.

En este contexto y con el apoyo de instituciones como la UNL, el Conservatorio Nacional Salvador Bustamante Celi, o por iniciativa propia, empiezan a surgir grupos de teatro que tropiezan con los mismos obstáculos que siempre han perseguido a la cultura de este país, tales como buscar otras actividades para sobrevivir, pues ni antes, ni en la actualidad se ha podido vivir con comodidad de la cultura y el arte, a los que los gobiernos de turno han considerado la última rueda del coche destinándoles presupuestos que dan risa, y encima son mal direccionados, son presas de la corrupción imperante en Ecuador, donde se apoya más a lo chusco y corriente, que a lo serio, y con propuesta estética. En ese marco, se fueron diluyendo los ideales de la juventud setentera, al no recibir el respaldo necesario para seguir en su noble actividad artística, pero ya dejaron sembrando las primeras semillas del teatro en esta Loja pequeñita y de ensueño, pioneros de la actividad teatral como Leonardo Costa, Stewart Naranjo, Franklin Rodríguez, Willam Brayanes, Jaime Pozo, Kety Moreno, Cecilia Herrera, Campos Ortega, entre otros, que pusieron en auge al teatro lojano en esos tiempos duros.

Más vemos con mucha complacencia que esa semilla no ha caído en mal terreno, eso lo comprueban un grupo de jóvenes teatreros de la nueva camada artística de nuestra tierra, quienes con renovados bríos le han dado una frescura necesaria al teatro local, e incluso lo han proyectado a escala nacional. Ellos se denominan “Loja sobre Tablas” que realizan una tarea encomiable que merece un aplauso de pie junto a nuestro incondicional respaldo, acaban de cumplir diez años, de constante presencia apostándole con fe a una difícil pero gratificante labor de ir creando público para esta maravillosa expresión artística, han tomado la posta dejada por los mencionados personajes anteriormente, añadiéndole una inmensa dosis de talento, pero no se han quedado ahí, también se han preocupado de formar a los actores mediante talleres impartidos por gente, muy sapiente en la materia para estar listos cuando se produzca la inevitable transición, también han ido sumando el aporte de empresas públicas como privadas que han creído en este proyecto de lojanidad, además no han descuidado el mejorar cada año la calidad de la puesta en escena de sus obras, para ello han establecido alianzas importantes, como la realizada en 2015 con una reconocida productora Cano Artes Escénicas dirigida por el actor lojano, Santiago Carpio.

Fuimos invitados para la ceremonia de clausura del décimo festival de artes escénicas Loja sobre tablas, en el que mi espacio radial con todo al aire recibió un reconocimiento por lo que agradezco de corazón, eso me alienta a seguir difundiendo el arte lojano. Quiero llegar con mi en hora buena a quienes hacen en este momento Loja sobre tablas, en la persona de su directora Gina Ordoñez y por su intermedio a los creadores de tan feliz iniciativa que enaltece el arte del sur de Ecuador. ¡Bien hecho Loja sobre tablas! Que vengan muchísimos aniversarios y festivales exitosos, gracias por su trabajo fecundo.