Efrén Sarango Palacios
Me propuse darle un giro
a mi suerte mangulera,
puro hueso, calavera
que me tiene triste y chiro.
Al bolsillo me lo estiro,
sin embargo, no me alcanza
la mullapa, ni esperanza
para darle a mis chiquillos
un caldito de librillo
que contente algo su panza.
Cabalgando en mi pollino
desperté en la gran ciudad
con mi facha de humildad
descubriendo mi destino.
Titubeando en el camino
sin saber qué va a pasar
puse a ratos a volar
mis anhelos monetarios
recordando los precarios
mal momentos de mi hogar.
Con modestia y con respeto
mil trabajos supliqué,
¿No me dieron … ¿sabe qué?
porque soy analfabeto.
Medio burro y gil completo
sin la ciencia de avanzada
me quedé sin saber nada,
sin siquiera abecedario
con perfil de proletario
con mi escuela clausurada.
Con los brazos bien cruzados
transcurrí media semana
como huésped de mi hermana
que camella en el mercado.
La pasé medio acholado
sin tener para aportar
un centavo y cooperar
por concepto de comida,
de posada, de dormida
al extremo de llorar.
Y después de tantos días
dedicado a la baraja
masticando solo paja
regresé sin calorías.
Relaté mis agonías
a mis hijos y consorte
quien saltó como resorte
y acúsome de baboso
por marcharme sigiloso
y dejarla sin soporte.