El desarrollo acelerado de la humanidad en un planeta en peligro, donde está nuestro país, que se deteriora ecológicamente por culpa de las autoridades y gobernantes de turno que no tienen políticas productivas sostenibles, esto hace que nos enfrentemos a importantes y nuevos desafíos para dar tranquilidad para la producción de alimentos, para ello, ha sido necesario el desarrollo acelerado de tecnologías de todo tipo, muchas de las cuales tienen en cuenta las diferencias de las economías de los pueblos y en otros casos, conociéndose las desigualdades, se aplican con mucha indiferencia aumentando la pobreza y el hambre a escala mundial.
Para desarrollar los agronegocios y el turismo sostenible, acorde a las características de propias de nuestro país, resulta urgente la elaboración de una propuesta amigable con el planeta para un desarrollo agropecuario con un enfoque agroecológico y sostenible.
Para lograr este gran desafío de los ecuatorianos y el mundo entero, es necesaria la formación de una cultura productiva que responda a las nuevas exigencias del modelo productivo para un nuevo país sostenible y un planeta verde por siempre.
Hoy somos parte del problema ambiental, donde la expresión productiva a nivel de fincas con amplia diversificación de cultivos, con animales y un aumento significativo en las áreas a sembrar con productos químicos; este maltrato al medio ambiente constituye la base fundamental de la producción de alimentos que no son saludables, lo cual no permite la sostenibilidad y el incremento de la producción no saludable a lo que se suman otras limitaciones como la falta de créditos a bajo interés, periodo de gracia prudente para la reactivación económica y un plazo razonable para la inserción en el desarrollo productivo postpandemia; bajo ese horizonte es necesaria la institución de una cultura agropecuaria sostenible en el campo desde una concepción productora sobre bases limpias para una producción saludable dirigida a garantizar la seguridad alimentaria. Por lo que se hace imprescindible un trabajo a largo plazo que tenga como objetivo estratégico elaboración de una metodología para una educación agropecuaria limpia, a través de la enseñanza secundaria y profesional, para los estudiantes de la República del Ecuador.
Bajo ese horizonte de desarrollo sostenible la educación agropecuaria debe ser parte de la atención a la formación de los profesionales y el desarrollo de la mentalidad de productor, desde los estudiantes —de todos los niveles académicos— hasta los campesinos del sector rural, como respuesta a las necesidades de la presente y futuras generaciones, lo cual implica educar a la ruralidad como parte de la cultura productiva saludable, no solo para los agronegocios, sino para el turismo sostenible, donde presupone la inclusión de estos saberes en la formación socioambiental de los profesionales de la educación, para que se expresen en su desempeño pedagógico-ambiental, lo cual reclama que la educación se renueve en todos sus estamentos y niveles para que todos los adolescentes y jóvenes desarrollen sus potencialidades individuales, en el esperado crecimiento personal, social y profesional al que aspira nuestra sociedad por siempre.