
Diario Crónica dialogó con la hermana María Quinde, quien pertenece a las misioneras teresitas, cuya misión es ayudar a los diferentes pueblos, especialmente a los más alejados, y nacionalidades.
Labor
Relató que a la edad de 18 años decidió seguir el camino de Dios y convertirse en monja, ahora, a sus 52 años, valora su labor como excelente porque le ha permitido viajar a diferentes partes del Ecuador y fuera del país.
“Mayoritariamente he estado en lugares de la Amazonía compartiendo entre los indígenas y nacionalidades, como el shuar, cofanes, entre otros. En estos sitios he llevado el mensaje de Dios, pero también en ámbitos de salud, educación y lo que esté a nuestro alcance”, dijo.
Agregó que estar en estos espacios es un gran logro porque casi nadie desea ingresar, por los animales, mosquitos y más por la selva. Asimismo, “se conoce su cultura, por ejemplo, el ‘indio’ vive del diario, él no tiene una visión de futuro, ellos todavía mantienen la tradición, es decir, el intercambio a través del trueque de plátanos, frutas, animales” …
La religiosa finalizó refiriendo que los gobiernos son conocedores de la situación de cada pueblo, pero no ayudan a esa realidad para que sobresalgan. (I)