luis_pineda47@yahoo.es
Roque Dalton, poeta salvadoreño de origen y latinoamericano de corazón, nace en San Salvador, el 14 de mayo de 1935 y es asesinado el 10 de mayo de 1975.
Miles de hombres y mujeres han expresado sus homenajes a Roque Dalton, en este mayo agridulce, pues conmemoramos su nacimiento y su asesinato.
Silvio Rodríguez nos lo recordó en su inolvidable canción:
“Mi unicornio azul ayer se me perdió, / pastando lo deje y desapareció. / Cualquier información / bien la voy a pagar. / Las flores que dejó no me han querido hablar…”
Pablo Jofré Leal afirma:
Roque Dalton es: “la encarnación de lo más puro y lo más hermoso que existe en el seno de esa actividad grandiosa que nos impone nuestra época: la lucha por la liberación de la humanidad; la profunda lección moral y política de su vida y de su muerte forma parte inapreciable del patrimonio revolucionario de todos los pueblos del mundo, y cuya desaparición física es un hecho irreparable para el cual no debemos escatimar lágrimas de revolucionarios; la actitud fundamental a que nos obliga su actual inmortalidad histórica es hacernos verdaderamente dignos de su ejemplar sacrificio”.
Sus letras, opiniones y acciones son expresión de diversidad, riqueza en el uso del lenguaje y compromiso político. Riqueza oral y escrita demostrada verbo a verbo, poesía de rompimiento con los moldes y usanzas de la época. Sus poemas son edificios elaborados con insólitas relaciones, entre elementos disímiles en una lucha dialéctica de unión y lucha de contrarios. Viajó, al igual que su referente político y modelo de hombre: El Che, por gran parte de Latinoamérica.
Estudió e investigó con rigurosidad y con originalidad la historia de El Salvador a través de la publicación de un libro de testimonio fundamental, respecto a las luchas obreras y campesinas en El Salvador: “Miguel Mármol: la insurrección en El Salvador: año 1932” donde a través de la historia de este personaje real se da cuenta de la represión al levantamiento campesino y que ocasionó 20.000 muertos en apenas tres meses. Su quehacer literario lo colocó al servicio de su pueblo y cuando este reclamó su presencia en esa inmensa estepa verde que son las montañas de Morazán, y ellas se convirtieron en su hogar no dudo un minuto en convertirlas en una nueva trinchera de palabras y balas.
Uno de sus hijos, Juan José Dalton, lo describe como un tipo genial, poseedor de sentido del humor inigualable, un hombre que sabía esconder las tristezas bajo una permanente sonrisa y con una decisión inquebrantable. Roque, a su manera, mostró el escalón más alto del ser humano, para llegar a tener los derechos nunca alcanzados de su pueblo: “El escritor y el artista latinoamericano promedio, lucha en distintos niveles contra el régimen que lo discrimina, lo humilla y lo persigue; y más, que el poeta y el escritor, es el subversivo, el perseguido, el preso, el torturado. Y comienza a ser el asesinado junto a miles de su pueblo.”