Las fricciones en la Revolución Ciudadana

César Augusto Correa

La ratificación de los 47 asambleístas de UNES que han resistido, heróicamente, al acoso del gobierno neoliberal la hemos recibido sin duda alguna como una resolución justa y acertada, lo que en la provincia de Loja se traduce como el derecho de Johanna Ortiz a encabezar la lista de candidatos a asambleístas. Esa unanimidad, sin embargo, está en riesgo porque con falta de tacto se está agudizando los resentimientos que vienen desde 2021.

Hay cifras que preocupan profundamente. El 05 de febrero anterior, 12.334 ciudadanos votaron por Max Íñiguez en el cantón Loja y 5.714 lo hicieron por Juan Carlos Torres. Menos de la mitad de los que votaron por la 5 para prefecto en el cantón Loja sufragaron por la 5 para alcalde. Una lección fácil de aprender por cualquier dirigente local: era urgente tender puentes.

No se lo ha hecho; al contrario, se está lastimando más las heridas.

La clave del problema está en la forma de elegir o designar las directivas cantonales y parroquiales. Mientras las bases solicitan que se lo haga democráticamente, se lo está haciendo “a dedo”.

Es indispensable construir un liderato sólido y para ello lo que procede es convocar en cada lugar las respectivas asambleas, para que sean las mayorías las que elijan a sus dirigentes.

Es una obligación para con la Revolución Ciudadana, como también para con la provincia, que merece verificar que sus dirigentes son sinceros demócratas, que respetan a sus compañeros y los procedimientos decentes.