Luis Antonio Quizhpe
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La construcción de la línea férrea Ibarra-San Lorenzo duró 39 años. Inició el presidente Alfredo Baquerizo en 1917 y concluyó el Gobierno de Federico Páez, en 1957. Por la escasa tecnología de esos tiempos, la fuerza humana fue la que construyó la ambiciosa obra, incluso, muchos dejaron sus huesos allí. Aquí trabajaron también dos artistas ecuatorianos: Víctor Manuel Ruiz Arboleda y Efraín Gómez.
Por los tiempos de Baquerizo y Páez, no había fuentes de trabajo, igual que hoy. Un jornal valía un real (un centavo de sucre), mientras que en la línea férrea pagaban un sucre por día, por lo que los músicos nacionales mencionados fueron a probar suerte. El sitio o el campamento donde debían pernoctar estos y los demás trabajadores era inhóspito, desolado. Se llamaba El Chinchinal.
En una de esas noches tristes, silenciosas, tétricas, brotó de la mente de don Víctor Ruiz Arboleda la idea de los chinchines, árboles pequeños con flores amarillas, hojas ovaladas, las que por la noche se juntan por el un envés para dormir, hacen racimos de vainas que al secarse y moverse con el viento producen un sonido chin-chín. Junto a una lamparita de kerosene, de este sonido, le salió la voz chinchinal. Con base en esta idea central, muy emocionado, fusionó el sufrimiento, la soledad y la miseria en que se debatían él, su compañero y los demás trabajadores, y escribió la canción, por el año 1937.
Fue en esa melancólica noche que trazó los versos: Sobre esa desnuda roca/ lloraba sangre mi corazón/ al ver la larga distancia/ que está mi amor. / Quisiera estar a tu lado/ para contarte mi padecer/ y ver si tus ojos lloran/ mi suerte cruel ¡Hay corazón de mi alma/ dónde estarás! ¡Hay corazón de mi alma/ qué harás sin mí! / Espero desesperado/ como un cautivo mi libertad/ momentos en que abandono/ mi soledad. Al poema, pusieron la música en ritmo de fox incaico y desde el otro día, con guitarra en mano, lo entonaron.
El tema es emblemático porque designa el topónimo o sitio donde se concentraban para el trabajo de la línea férrea, ubicado en la provincia de Imbabura, desde donde se divisa al legendario Tulquizán, de la provincia del Carchi. Los creadores de la canción como trabajadores de la empresa, sin duda observaban la colina, mientras ahogaban sus penas. Por el año 1937, las empresas disqueras grabaron la canción y las radios del país, así como los artistas más distinguidos de esos tiempos, difundían el tema nostálgico-romántico: El Chinchinal. Hoy en día la canción es interpretada por músicos muy connotados, como Piedad Torres, Gerardo Morán, D’ Fránklin Band, Orquesta Rumba-Abana, Enrique Montenegro, Yoder Chamba y más. Por lo que, hoy en día, la canción es parte del patrimonio intangible del Ecuador.