El baúl de los recuerdos: Serafin Larriva y su legado familiar

Efraín Borrero E.

Clodoveo Jaramillo Alvarado dice de Serafín Alberto Larriva lo siguiente: “Escritor reflexivo y castizo, jurisconsulto notable. Honra a Loja en la categoría de sus hijos distinguidos. Fue uno de los precursores del liberalismo lojano, allá por los tormentosos días del noventa y cinco. Entonces hizo su anunciación como periodista y alcanzó lugar distinguido entre los adalides del pensamiento”.

En efecto, los doctores Serafín Alberto Larriva y Ángel Ojeda, sin disputa el primer orador lojano, con una palabra vibrante y fácil, cuyos discursos se caracterizaban por ser floridos, atrayentes, y reveladores de un gran talento, como resalta Máximo Agustín Rodríguez, fundaron el periódico “El Eco del Sur”, editado en la imprenta de la Unión Republicana de Loja, en 1893, cuya circulación duró hasta 1895. Sus opiniones eran muy respetables.

Se identificó como un “Periódico Popular” y sus publicaciones eran el quince y treinta de cada mes. El costo de cada ejemplar fue de diez centavos de sucre y la suscripción trimestral de sesenta centavos.  

Cuando los dos ilustres ciudadanos ejercieron las funciones de concejales del cantón, por 1906, asumieron la redacción del periódico “El Municipio Lojano”, a partir de la edición cuarenta y seis hasta la setenta y seis. Ese órgano oficial de la municipalidad, que antes se llamó “El Adelanto Seccional”, estaba orientado a informar los actos del Concejo Cantonal.

Pero el hecho de haber asumido esa responsabilidad de redactores les causó un tremendo problema posterior. En 1908, el periódico “La Situación Lojana”, que aparecía “cada vez que las circunstancias lo reclamen”, informaba bajo el título de “El Abdón Calderón en Loja”, lo que sigue: “Grave es lo que está pasando indudablemente en la provincia de Loja, tal vez más grave de lo que podemos imaginarnos… El hecho mismo de haberse amordazado a un periódico que venía sirviendo de órgano de los intereses del Municipio y haberse perseguido, aprisionado y hostilizado a dos miembros de esa Corporación, sin contar otros abusos y atropellos”.

El medio periodístico explicó las razones: “Por haberse publicado en el número 63 de “El Municipio Lojano” una nota acerca del escándalo cometido por el Batallón Abdón Calderón, cuyo Jefe era Don Benjamín Peralta, fueron apresados el Presidente del Concejo, Dr. Serafín A. Larriva, y el Concejero Redactor de esa hoja, Dr. Ángel R. Ojeda”. La reacción de todos los sectores ciudadanos fue inmediata.

Serafín Alberto Larriva fue por largos años brillante profesor de la Junta Universitaria de Derecho, y se destacó como Ministro Juez de la Excelentísima Corte Superior de Justicia de Loja.

Mi buen amigo Galo Ramón Valarezo, dice que “Serafín Larriva fue el intelectual lojano de principios de siglo XX que mejor entendió, en su época, la importancia de las comunidades y cultura indígena, cuando defendió el derecho de los indios al Ejido de la ciudad de Loja”.

 En la otra faceta, en la del emprendedor y visionario que contribuyó al desarrollo industrial de Loja, instaló una pequeña planta eléctrica y una máquina de aserrar traídas desde el exterior, en la última década de 1800.

Adicionalmente, Clodoveo Jaramillo Alvarado anota: “La industria harinera ha dado los mejores rendimientos en los molinos “El Porvenir” del señor Manuel E. Samaniego, “Jericó” del señor Lautaro Vélez, y “Zamora” del señor Doctor Serafín Larriva. Cuentan estos establecimientos con grandes depósitos de trigo, maíz, cebada y arveja, para su pulverización y expendio”.

Recordemos que cuando se constituyó en Loja la “Sociedad Luz Eléctrica”, el veinte y tres de abril de 1897, que dio lugar a la primera planta de luz eléctrica en el Ecuador, Serafín Alberto Larriva fue uno de los socios fundadores, y que, en el acto solemne realizado en la Casa Municipal, el primero de abril de 1899, día desde el cual Loja contó con el servicio público de luz eléctrica, Serafín Alberto Larriva dio un discurso magistral que inundó de aplausos el recinto. 

El dieciocho de octubre de 1891 contrajo matrimonio con la dama lojana Amelia Bustamante, una mujer virtuosa en la ejecución de su piano importado, amenizando las reuniones sociales con bellas interpretaciones musicales. En esa relación conyugal procrearon a su hijo Serafín Alberto Larriva Bustamante, nacido el veinte y nueve de julio de 1903, otro hombre notable.

Fue un distinguido jurisconsulto y hombre público. Ejerció la docencia en el Colegio Bernardo Valdivieso impartiendo sus conocimientos en historia, y en la Universidad Nacional de Loja en las cátedras de sociología y estilística. Dice Rogelio Jaramillo Ruiz que “en materias sociológicas e históricas fue muy acendrado y profundo”.

Resalta “su afición a la música, en la que, no solo conocía la teoría musical y su literatura, sino además el dominio de delicados instrumentos, destacándose como un dilecto cultor de ese arte y su más genuino expositor, en exquisitos arpegios”. Integró el afamado grupo “Septeto Lojano, allá por el año 1922, conformado por reconocidas personalidades como: Salvador Bustamante Celi, Segundo Cueva Celi, Francisco Rodas Bustamante, Manuel Torres, Sebastián Valdivieso Peña y Antonio Eduardo Hidalgo, que hizo gala del prestigio artístico de Loja.

Conjuntamente con Alberto Burneo y Zoilo Alfredo Rodríguez nos representó en calidad de Diputado ante la Asamblea Nacional, en la presidencia de Isidro Ayora Cueva.

Contrajo matrimonio con la ilustre lideresa lojana, Zoila Rosa Vélez Ledesma, a quien Rosa Morillo Vivanco la destaca como presidenta del Comité Patriótico “Libertad pro Defensa Nacional”, cuando el conflicto bélico con el Perú en 1941. Presidenta del Comité de Damas de la Cruz Roja Provincial, involucrándose en la fundación del Banco de Sangre de Loja, en 1957, y brindó todo su apoyo para la construcción del edificio funcional de esa benemérita institución.

Con ocasión de la sequía que asoló los campos de nuestra provincia, generando la mayor migración de campesinos lojanos hacia otras regiones del país, en la década de los sesenta, planificó y lideró ayuda social al campesinado a través del proyecto “Gota de Leche”. En nuestra ciudad fundó el primer albergue infantil.

Zoila Rosa Vélez de Larriva fue, además, una destacada e impetuosa lideresa política alineada a la corriente liberal. Recuerdo que, durante la campaña electoral del cinco de junio de 1956, en la que Raúl Clemente Huerta se enfrentó a Carlos Guevara Moreno, José Ricardo Chiriboga Villagómez y Camilo Ponce Enríquez, triunfador con una mínima diferencia de votos que asomaron misteriosamente, su casa de habitación se convirtió en cuartel general de operaciones proselitistas. Había rumas de afiches, discos y otros materiales alusivos al candidato Raúl Clemente Huerta.

Serafín Alberto Larriva Bustamante y Zoila Rosa Vélez Ledesma procrearon dos hijos: Jaime Medardo e Ileana, una bella y maravillosa mujer llena de encanto y carisma. Jaime Medardo fue ingeniero eléctrico graduado en la Escuela Politécnica Nacional con los más altos honores y tenía cursos de especialización en Francia y Japón.

Por muchos años ocupó el cargo de Director Técnico en la Empresa Eléctrica Regional del Sur en la que trabajó honesta y apasionadamente. Su mayor logro fue la construcción de la subestación termoeléctrica de Catamayo y la electrificación rural de la provincia de Loja, en la que puso de manifiesto su gran espíritu de servicio en beneficio de sectores apartados.

Cuando falleció el primero de julio de 2015 fue posible dimensionar el inmenso afecto que le profesaba la sociedad lojana y el reconocimiento a sus valores y a su extraordinaria calidad humana.

El legado del notable hombre público, Serafín Alberto Larriva, tanto en el ámbito del prestigio familiar como de las fecundas acciones que dieron lustre a Loja, deben enriquecer las páginas de nuestra historia, y su nombre perennizarse con el más noble sentimiento de admiración.