David Santiago Maldonado Peralta
En las sombras de la historia, el 18 de noviembre brilla como un faro de luz y esperanza en la ciudad de Loja. Esta fecha, que conmemora la independencia de nuestra querida ciudad, no solo simboliza valentía y determinación, sino que también encarna los principios de libertad, igualdad y fraternidad.
La independencia de Loja en 1820 no fue solo un acto de rebelión, sino un llamado a la iluminación de las mentes y al compromiso con los valores universales. Nuestra ciudad se unió al ferviente movimiento de liberación de América Latina, contribuyendo al nacimiento de Ecuador y la Gran Colombia. Sin embargo, con el tiempo, la llama de la independencia se ha debilitado, y es nuestro deber, como hijos de la tierra bañada entre dos ríos, revitalizarla en la sociedad actual.
La lojanidad ha sido una defensora constante de la educación como un faro de conocimiento y sabiduría, por ello, debe ser accesible para todos, permitiendo que las generaciones futuras alcancen su máximo potencial. Como guardianes de la luz, debemos abogar por una educación que ilumine las mentes y guíe a la humanidad hacia un futuro más brillante.
Recordemos que todos somos iguales, sin importar nuestra posición en la vida. La independencia de Loja nos recuerda la importancia de la igualdad y la justicia. Como lojanos, debemos luchar por una sociedad que refleje estos valores, donde todos los ciudadanos tengan igualdad de oportunidades, y donde la desigualdad económica sea reemplazada por la equidad.
La verdad es nuestro faro y debemos buscarla en todas nuestras acciones. En un mundo donde la desinformación a menudo oscurece la verdad, debemos abogar por un gobierno transparente y responsable, donde la verdad prevalezca sobre la falsedad. Como guardianes de la luz, debemos ser defensores de la verdad en la política y en la vida pública.
En este 18 de noviembre, reafirmemos nuestro compromiso con los principios que rigen nuestras vidas. La independencia es un recordatorio de que el cambio es posible. Al aplicar los principios de educación, igualdad, fraternidad y verdad, podemos encender nuevamente la llama de la libertad y la justicia en nuestra ciudad y en todo el Ecuador.
Unidos, como hermanos hijos de una misma tierra, somos guardianes de la luz que iluminará el camino hacia un futuro más luminoso y prometedor. La independencia de Loja es más que una fecha en el calendario; es un recordatorio de que, con nuestra guía y acción, podemos forjar una Loja más fuerte y justa, donde los principios iluminen el camino hacia la luz y la justicia. Sigamos el legado de independencia, llevándolo hacia un futuro lleno de esperanza y hermandad, como verdaderos lojanos comprometidos con un mundo mejor.