
Médicos, enfermeros, auxiliares de enfermería y otros trabajadores de la salud se han convertido en héroes en la lucha contra la COVID-19. Ellos están con los pacientes las 24 horas del día, donde han llorado por la pérdida de uno, alegrado por la recuperación de otros y sufrido porque el esfuerzo que hacen no es valorado por la ciudadanía.
Situación
María Elizabeth T. P. labora en el área de emergencia de uno de los hospitales de referencia, a diario recibe a pacientes sintomáticos y asintomáticos por la enfermedad del coronavirus. Ella trabaja hasta 24 horas sin descanso, su turno empieza a las 08h00 y termina a la mañana siguiente o a veces es en la tarde.
Cuando los pacientes llegan al área, ella los está esperando para comprobar su historial médico, controlar sus signos vitales y la temperatura.
“Cuando el paciente es ingresado y su condición se complica, muchas de las veces con el tiempo se convierte en una amiga, ya que escucha sus deseos, sus historias, ríen y lloran juntos hasta que vuelva la calma”, dijo.
Ellos están solos por más de 7 e incluso 15 hasta 20 días en una sala aislada y no tienen ningún familiar. Las enfermeras como María Elizabeth les dan un consejo, conversan con los pacientes y escuchan sus sentimientos. Muchos creen que se van a morir y el personal médico está presente para darles seguridad.
Su meta personal es cuidar a los pacientes lo más que se puede y tratar que salgan mejor y darle a la familia una buena noticia. Aunque en varias ocasiones ha sido lo contrario, ha tenido que informar que perdió la batalla.
En casa
Pero luego de una jornada de 24 hasta 36 horas, su labor no termina allí, empieza otro duro trabajo en su casa. María Elizabeth, quien vive con su hijo de 5 años y su esposo, otro profesional de la salud, menciona que ha tenido que limitar el contacto físico por su labor en el área de pacientes COVID en el hospital.
“Es muy duro ver a mi retoño querer estar cerca cuando llego a casa, porque no me ha visto 3 días. Realmente hay un sentimiento encontrado de pensar… bueno, me contagié, no me contagié, utilicé todas las medidas de seguridad, lo hice todo, tanto para el paciente como para no llevar la enfermedad a mi familia” añadió.
Las enfermeras piden a la ciudadanía lojana tomar conciencia, ya que también tienen familia y anhelan estar más tiempo con ellos, pero en estas semanas han sido complicadas por la afluencia de pacientes que ingresan, salen y lamentablemente mueren.(I).(FJC).