Las huellas de la pandemia

Fredy Paredes Cuenca

En memoria de Dra. G.O.C.
La prevención es muy importante, pero no es menos relevante el acudir en forma temprana cuando se hace presente alguna sintomatología, en especial si se conoce haber tenido contacto con una persona enferma de Covid-19, cuando no guardamos el distanciamiento social o hemos estado en contacto con personas con síntomas; recibir atención que asegure un diagnóstico en las primeras etapas de la enfermedad, permitirá un mejor resultado, llegar en etapas avanzadas sin tratamiento adecuado pueden resultar irreversibles en ciertos casos.

Los indicios de la pandemia se ven por doquier, el dolor y lamentaciones se ven a cada paso, es una prueba muy grande para todos, pero para no lamentar más valiosas pérdidas debemos recordar acudir en forma oportuna a las Casas de Salud, en forma temprana, debemos evitar retardar esta atención que permite recibir apoyo de profesionales que conocen del tema y que van a realizar un triaje inicial, es decir, harán la diferenciación de los pacientes sospechosos de Covid-19 y los pacientes con sintomatología No-Covid en zonas independientes, esto permitirá dar un tratamiento adecuado y temprano para cada una de las personas que deben recibir atención. Los espacios para pacientes de Covid-19 están destinados para ellos exclusivamente, quienes tienen síntomas que parece estamos olvidando que son falta de gusto y falta de olfato, fiebre, dolor de garganta, dolores musculares, deposiciones diarreicas, que es lo más común. La pandemia nos va dejando duras pruebas como humanidad en el mundo entero, son muchas las pérdidas que sobrepasan las capacidades de respuesta y no es suficiente los esfuerzos realizados. Así que es trabajo y responsabilidad de todos, las medidas de prevención, hacer uso de prendas de protección, además quedarse en casa, claro está, que esto no significa que cuando se tiene síntomas se debe mantener en casa en forma renuente, sino que se debe ir a la brevedad posible a una Casa de Salud para recibir la atención necesaria.

Debe desaparecer la indolencia del que cree ser inmune a la enfermedad y sigue siendo transportador del dolor de otras personas que si pueden y están vulnerables a desarrollar esta enfermedad.

Cada vez tiene más sentido lo dicho por Jhon Donne en sus Devotions Upon Emergent Occasions de MEDITATION XVII. Ninguna persona es por sí misma una isla independiente, cada persona es un elemento importante no sólo de su entorno sino como parte de la humanidad, la pérdida de cada uno de ellos nos disminuye, no únicamente en número, sino que nos dejan debilitados por su ausencia, porque su aporte en cada una de nuestras vidas en las que nos dejaron un recuerdo irrepetible de valor incalculable, es una marca indeleble, cuyo vestigio nos ha hecho lo que somos ahora, la herida que nos dejan sabemos que no va a cicatrizar, los recuerdos, su empuje y energía nos permitirán seguir por un camino en el que prime el bien común; cuando suenan las campanas o por quién suenan las campanas nos muestra que como humanidad hemos perdido otra batalla que nos afecta a todos.

Solamente cuando perdemos un ser tan querido nos sobrecogemos y vemos con más claridad la necesidad de cuidarnos unos a otros, mutuamente con más disciplina, con más rigurosidad porque las heridas dejan una huella profunda, dolorosa e inmutable.