Los terribles efectos de la pandemia en Loja, a finales de marzo, siguen arrebatando vidas, destrozando la economía y flagelando el ánimo de las personas.
El problema sanitario es de tal magnitud que, el Comité de Operaciones de Emergencia del Cantón Loja resolvió restringir hasta las 21:00, a partir del 29 de marzo, los horarios de funcionamiento de todas las actividades comerciales, excepto las farmacias. Así mismo, decidió prohibir la movilidad vehicular desde las 22:00 hasta las 05:00, salvo casos de emergencia debidamente justificados.
Por otro lado, las torrenciales lluvias han jugado en contra y se han conjurado con el río Malacatos para destruir casas, carreteras, calles, parques y, lo que es peor, el sistema de agua potable que ha dejado sin acceso al líquido vital a varios barrios de la urbe.
El desempleo se agrava, los trámites burocráticos públicos son insoportablemente lentos y el panorama político resulta incierto dados los componentes populistas y demagógicos que por desgracia siguen marcando las elecciones presidenciales del Ecuador.
El tráfico vehicular en el centro de la urbe es endemoniado como consecuencia de la falta de parqueaderos; del irrespetuoso estacionamiento de automotores en sitios de circulación que obstaculizan las calles; de la mala sincronización de semáforos; y, del cierre innecesario de calles céntricas cuyo ejemplo más abrumador es el bloqueo (ya va cerca de dos meses y no se sabe hasta cuándo) de la cuadra de la calle Bernardo Valdivieso entre 10 de Agosto y Rocafuerte, bajo la justificación que estamos en elecciones y que ahí funciona la oficina de la Delegación Electoral de Loja, lo cual ha ocasionado, y sigue ocasionando, un tráfico infernal en los alrededores de la cuadra bloqueada en perjuicio de quienes necesitan transitar por el lugar y, especialmente, en detrimento de cientos de personas que deben acudir a realizar trámites en entidades públicas y privadas como: I.E.S.S., S.R.I., Banco de Loja, Banco Pichincha, Ministerio de Trabajo, Corte Provincial de Justicia, Notarías, etc.
Pese a todo ello, Loja sigue de pie, luchando con empeño y con la frente en alto para superar la adversidad. Eso sí; bajo las reglas de la nueva normalidad, impuestas por la terrible tragedia: uso de mascarillas, frecuente lavado de manos, utilización de desinfectantes, distanciamiento social, salidas del hogar en casos estrictamente necesarios y trabajo con extremo cuidado sanitario. Las actividades se están normalizando y cada vez más se ve un mayor despertar de la economía en mercados de alimentos, en faenas agrícolas, en almacenes de ropa, en actividades relacionadas con la construcción, en servicios de transporte, en comercializadoras de equipos tecnológicos y de electrodomésticos, en restaurantes, en hoteles, en servicios profesionales y artesanales en general, etc.
Aunque con errores de organización, destaco como hecho alentador que, desde el 22 de marzo de 2021, se inició en Loja y su provincia la fase de inoculación de la vacuna contra el coronavirus al grupo de personas de la tercera edad. Ojalá que esto continúe sostenidamente y en las próximas semanas y meses las vacunas lleguen para todos. Definitivamente esa será la solución final para superar la pandemia que tanto tiempo nos ha golpeado. Sin embargo, llama la atención que algunas personas, siendo invitadas por el Ministerio de Salud a vacunarse, hayan decidido no hacerlo por alborotados y extravagantes pretextos. Con ello, no solo que atentan contra su vida, sino que dan la espalda al gran esfuerzo de los científicos a nivel mundial; quienes, gracias al inmenso apoyo económico y social de todos los rincones del planeta, han logrado conseguir con esfuerzo las anheladas vacunas para el terrible mal.
Pongamos actitud positiva y soñemos en que toda esta pesadilla pasará. Mientras eso suceda, sigamos cuidándonos con sentido de solidaridad y tengamos presente que: “El optimismo es la fe que conduce al logro; nada puede realizarse sin esperanza”. Helen Keller (escritora, oradora y activista política sordociega estadounidense).