Calentamiento global y bioterrorismo

Desde el final de último periodo glacial, hace unos diez mil años, la Tierra se ha ido calentando poco a poco, pero progresivamente; pero en el último medio siglo, la temperatura de nuestro planeta ha estado creciendo a un ritmo acelerado y alarmante; las pruebas evidentes de lo que se afirma son: Todos los grandes glaciales están retrocediendo; el casquete de hielo del polo norte se ha reducido en 50 por ciento en los últimos 50 años; grandes extensiones de Groenlandia, que está cubierta por la segunda mayor capa de hielo del mundo, se están descongelando; una sección de la Antártida, el manto de hielo Larcen C, de 6400 kilómetros cuadrados se desprendió en 2017,  y se teme por la estabilidad de las capas, y mantos de hielo.

Además, los últimos años han sido los más calurosos que se han registrado en la historia humana; la temperatura media de la tierra ha subido 1,3 grados centígrados en el último siglo; el verano, por término medio, es una semana más larga que en el pasado; estamos presenciando cada vez más “sucesos del siglo”, como incendios forestales, inundaciones, sequías, huracanes, tsunamis, terremotos de más intensidad.

Si este calentamiento se acelera sin detenerse, en las próximas décadas, podría desestabilizar a todas las naciones del mundo, generando grandes hambrunas y migraciones masivas desde las zonas costeras, poniendo en peligro la economía mundial e impidiendo la transición a una civilización de tipo uno.

También existe el peligro de las armas biológicas que podrían exterminar al 98 por ciento de la población humana; durante toda la historia de la humanidad, la principal causa de muerte no ha sido las guerras, sino las epidemias; por desgracia es posible que algunas naciones tengan reservadas secretas de gérmenes de enfermedades mortales, como la viruela que podrían transformarse en armas mediante la biotecnología, lo que causaría grandes estragos; hay también el peligro de que alguien cree una arma apocalíptica, alterando genéticamente algunas enfermedades existentes, el ébola, el sida, la gripe aviar, para hacerla más letal o facilitar su propagación con mayor rapidez.

Una vez más, de las múltiples réplicas que con gran énfasis he recalcado con acierto de conocimiento, que todas las catástrofes que se repiten en el planeta, cada vez con mayor furia y letalidad y mayor secuencia, son el producto y la respuesta equivalente a la desalmada, irresponsable y criminal actitud humana para con el planeta, que ha porfía, con violencia y deshumanización, proferimos en contra de la integridad y cuidado a la inmaculada esencia de la biodiversidad, del ecosistema y a las leyes eternas del universo y sus recursos naturales, provocando el desastre, mediante una contaminación atroz, la tala indiscriminada de los bosques, la explotación demencial de los recursos naturales, y muchos más actos reñidos con el principio inalterable de gratitud y respeto a nuestra morada que nos brinda la madre tierra.

Jamás desearíamos, ni si quiera saber que la tierra está desfalleciendo, más aun que está muriendo, porque se copó el agravio, que se acumularon los agravios, que las cosechas se pierden, que la agricultura se hunde, que la gente muere de hambre, que la civilización se está derrumbando poco a poco y se enfrenta a una hambruna devastadora y letal.