
Durante años se observa a personas que se ubican en las afueras de las iglesias La Catedral y San Francisco a expender artículos religiosos de variada índole. Las restricciones para ingresar a los templos pasan factura a quienes se dedican a la actividad.
En los primeros meses de la pandemia en el 2020, las iglesias estuvieron cerradas, esto provocó que comerciantes sufran las consecuencias. Luego de un tiempo se permitió el ingreso con un aforo reducido.
Tras declaratoria de Estado de Excepción, del 23 de abril al 20 de mayo, con toque de queda y confinamiento los fines de semana, en 16 provincias, con el objetivo de contener la propagación de la pandemia, los templos en Loja permanecen cerrados los sábados y domingos.
Reducción
Carmen Cuenca se dedica a la venta de velas, rosarios, novenas y otros artículos, por más de 17 años. Dice que la gente llega poco a la iglesia La Catedral, incluso cuando está abierta. Mientras que, los fines de semana los pequeños kioscos permanecen cerrados.
Preocupación
Antes de la pandemia, ella recibía un ingreso aproximado de USD 15 diarios y en la actualidad, alrededor de USD 5. “Esto afecta nuestra economía porque no alcanza ni para el transporte. Tenemos hijos que mantener”, refiere.
Otra de sus preocupaciones es que, este año también será igual que el anterior. “Si suspenden las fiestas de agosto y septiembre, esto sería negativo, no tendríamos como sobrevivir”.
Mejorar
María Ochoa también comercializa estos artículos, acota es necesario que la situación se normalice, para que más personas visiten los templos. “Desde que tenemos que cerrar los fines de semana, estamos perjudicadas porque debemos quedarnos en nuestra casa sin poder trabajar; vivimos de lo poco que vendemos”, recalca. (I).
Dato
Según el Decreto Ejecutivo 1291, el estado de excepción estará vigente hasta el jueves 20 de mayo.