El libre albedrío

Lcdo. Augusto Costa Zabaleta

Todas nuestras civilizaciones se basan en el concepto del libre albedrío, que afecta a las nociones de recompensa, castigo y responsabilidad personal, ¿Pero existe realmente el libre albedrío?, ¿O es solo una manera inteligente de mantener la cohesión social aunque viole los principios científicos?, la controversia llega hasta el mismísimo núcleo de la mecánica cuántica.

Sin temor a equivocarnos podamos decir que cada vez son más los neurocientíficos que están llegando a la conclusión de que el libre albedrío no existe, al menos no en el sentido tradicional de la expresión; se puede establecer una relación entre determinados comportamientos estrafalarios y ciertos defectos concretos del cerebro, entonces, desde un punto de vista científico, las personas que los padecen no es responsable de los delitos que estas conductas puedan implicar; puede que sea muy peligroso permitir que anden libremente por las calles y deben estar internadas en alguna institución.

El doctor Simón Barón-Cohen, psicólogo de la Universidad de Cambridge manifiesta que muchos asesinos patológicos (aunque no todos) tenían una anomalía cerebral; las imágenes de su cerebro muestran que carecen de empatía, pena, cuando ven sufrir a otra persona y de hecho puede que disfruten viendo ese dolor (en otros individuos la amígdala y el núcleo accumbens, el centro del placer, se activa cuando ven videos de personas que experimentan dolor).

Las conclusiones que se determinaron de esto es que estas personas no son realmente responsables de sus actos atroces, aunque deberían mantenerse aislados de la sociedad; necesitan ayuda. No castigo, para el problema con su cerebro; en cierto sentido, puede que no actúen con libre albedrío cuando cometen sus crímenes; esto significa que en cierto sentido, el libre albedrío es falso en ellos, el cerebro toma las decisiones con antelación, sin la participación de la conciencia, y después trata de disimularlo (como acostumbra) haciendo creer que la decisión fue consiente; se debe revaluar no solo la idea de que los movimientos se dividen entre voluntarios e involuntarios, sino la propia noción del libre albedrío.

Existen variadas formas de enfrentarse a esta con trincada cuestión; el libre albedrío va contra una filosofía llamada determinismo, que simplemente afirma que todos los eventos futuros están determinados por las leyes de la física, y según el propio Newton, el espacio es una especie de reloj, que funciona desde el principio de los tiempos, según las leyes del movimiento; de manera que todos los movimientos son predecibles.

El asunto es: ¿Formamos parte de este reloj?; ¿Están también predestinados todas nuestras acciones?, estas preguntas tienen repercusiones filosóficas y teológicas; la mayoría de las religiones asume algún tipo de determinismo y predestinación, puesto que Dios es omnipotente, omnisciente y omnipresente. El conoce el futuro de todo.