Campos Ortega Romero
Una familia es un grupo de personas unidas por el parentesco. Esta unión se puede conformar por vínculos consanguíneos o por un vínculo constituido y reconocido legal y socialmente, como es el matrimonio de hecho y de derecho o la adopción. La familia es la organización social más importante para el hombre: el pertenecer a una agrupación de este tipo es vital en el desarrollo psicológico y social del individuo.
Por ello el 15 de mayo se celebra el Día Internacional de la Familia, fecha que proclamó la Asamblea General de las Naciones Unidas, en su resolución 47/237 del 20 de septiembre de 1993, con el objetivo de favorecer la importancia de los temas relacionados con las familias y de fomentar sus vínculos. Además, con la celebración de este día, se invita a reflexionar sobre cómo mejorar la relación entre todas las personas que forman parte de la unidad familiar.
La familia es considerada como uno de los grupos sociales que requiere una atención especial, y está relacionada directamente con la educación y con el crecimiento personal de sus menores, por lo que resulta fundamental realizar un buen trabajo en este sentido, siendo necesario llevar a cabo actividades, como la conciliación de la vida familiar, la práctica del diálogo en el hogar o la realización de actividades en familia, fortaleciendo así los lazos entre sus miembros y conformando un núcleo más sólido.
Para nosotros, la familia es la célula principal de la sociedad, es donde se aprenden los valores y la práctica de éstos, constituye la base para el desarrollo y progreso de la sociedad. Es, quizá, el único espacio donde nos sentimos confiados, plenos; es el refugio donde nos aceptan y festejan por los que somos, sin importar la condición económica, cultural, intelectual, religión a profesar o preferencia sexual. La familia nos cobija, apoya, nos ama y respeta. Años atrás, se entendía por familia a aquella integrada por la madre, el padre y los hijos, un concepto clásico llamado familia nuclear. En la actualidad, el término ha ido modificando, ahora el concepto no sólo se centra en los lazos consanguíneos, nuestra familia puede ser el grupo de personas con el que nos sentimos protegidos, amados y felices.
La familia es el lugar donde aprendemos y empezamos a amar y a ser amados. Es la única pedagoga del amor verdadero, ya que solo con los modelos de mamá y papá es que podemos conocer el amor de un hombre, entender el amor de una mujer, aprender sobre el amor de pareja, y el amor entre los Padres y los hijos, y entre los hermanos; allí se entienden y se viven valores tan fundamentales como la solidaridad y el reconocimiento del otro. Con papá, mamá y hermanos se vivencia en la cotidianidad de las circunstancias, lo bueno, lo malo, lo triste y lo feliz de la existencia. En la familia se hace realidad la capacidad de darse como persona irremplazable y de ser recibido como tal. En la familia se vale no por lo que se tiene o se ha hecho, sino simplemente por lo que se es.
De la familia surge la experiencia vital que permite actitudes de acogida, no discriminación aceptación de la diferencia y tolerancia, conductas fundamentales en la sociedad. Familias destruidas generan sociedades frustradas e intolerantes. Es por ello que la familia es la base fundamental para implementar políticas públicas, que permitan generar acciones que impulsan y desarrollan a la sociedad. Los Estados que trabajan por fortalecer la familia, son los más beneficiados con sociedades fuertes compuestas por ciudadanos con sentido profundo de pertenencia, responsabilidad hacia algo y alguien, es decir con solidaridad. La familia debe pues ocupar el lugar fundamental en toda sociedad, ya que su fortaleza y vitalidad son decisivas en el desarrollo. Garantizar los derechos de la familia y protegerla es un imperativo esencial so pena de la destrucción del tejido social que generara la desaparición de los países en donde esto sucede.
Si el núcleo de la célula está dañado, la sociedad adolece de estas fracturas y las refleja en sus relaciones y entornos; surgen acciones de violencia, desapegos, inconformidades. Por ello la tarea como sociedad es luchar por proteger a la familia, y promover un ambiente de respeto, valores, educación y amor a nuestros hijos; una familia que esté unida en todas las situaciones de la vida. Así sea.