El Referente

Fernando Oniate

Hace unos días tuve una interesante conversación con personas muy queridas para mi. Entre los muchos temas que abordamos, surgió uno que me llamó poderosamente la atención: La falta de referentes para los niños y jóvenes del Ecuador.

Todos tenemos un modelo a seguir, un referente. En nuestro país aparecen por un lado los deportistas, muchos ellos de élite y exitosos, aunque con frecuencia envueltos en escándalos de diferente naturaleza. Por otro lado, están los mal llamados “influencers”, que no necesariamente son un modelo ideal. A mas de ellos, ¿quién nos queda?, ¿algún artista? ¿políticos?

Desafortunadamente nuestra sociedad y especialmente nuestros jóvenes, no conocen la trayectoria y logros de personas exitosas en el campo académico, científico, profesional o empresarial.  Si los jóvenes ecuatorianos conociesen los numerosos casos de éxito en dichos ámbitos, quizá habría más jóvenes soñando con alcanzar logros científicos relevantes o con generar empleo creando sus propias empresas. Quizá su identidad como ecuatorianos sería fortalecida y crecería el sentido de pertenencia a nuestro país.  Indudablemente, los jóvenes necesitan mejores modelos que marquen el rumbo a seguir a las nuevas generaciones.

El débil nacionalismo de los ecuatorianos es producto de diferentes factores tales como: las circunstancias que dieron inicio al Ecuador como nación, el hecho de que la cordillera de Los Andes nos divide claramente en tres regiones de características distintas y la fuerte presencia de valores y estilos de vida extranjeros difundidos masivamente por los medios de comunicación y redes sociales en desmedro de lo nuestro. La lista es larga, y a ella quisiera añadir un último factor: La falta de referentes, no porque no existan, sino que la mayoría no los conoce.

¿Quién debe ser nuestro referente? Pues, aquél que reúne estas características: Tiene capacidad para impactar en la vida de las personas, es humilde, su propósito es amar y servir al prójimo, está lleno de misericordia, tiene una sola identidad a pesar de las circunstancias, es coherente pues practica lo que predica y está dispuesto a entregar su vida incluso por los que no lo merecen.  ¿Conocen un líder así? Yo si. ¡Su nombre es Jesucristo! No hubo, no hay y no habrá nadie como Él. Su mensaje, revolucionario, basado en el amor, el arrepentimiento y el perdón marcó un antes y un después en la historia. Puede haber muchos referentes, pero el único digno de ser imitado es Cristo Jesús.

Cristo es el Referente. Imítalo.