
César Correa
En 45 minutos cubrimos el trayecto entre Catacocha y Lauro Guerrero, el sábado anterior, yendo a velocidad moderada, cuando con Ismael Betancourt salimos a recoger información que estimamos puede ser importante para el público lojano y llegamos hasta el barrio Suanamá, que se hallaba de fiesta.
Se acabaron las molestias que por más de un año soportaron los habitantes de Lauro Guerrero a consecuencia de los trabajos que se realizaban en la carretera para asfaltarla desde el barrio El Carmelo. Ahora disfrutan de los beneficios que tienen al transportarse en vehículo como son mayor comodidad, ahorro en tiempo, más seguridad, menos desgaste de los carros, inferior costo del recorrido. Actualmente no se necesitan más de 12 minutos para ir de Lauro Guerrero a El Carmelo y de 45 para Catacocha, mejorando las condiciones para el comercio, el turismo y la educación, ya que se facilita que los niños y los jóvenes puedan concurrir a Catacocha a recibir su instrucción básica o de bachillerato en alguna unidad educativa de esa ciudad.
El asfaltado del tramo Playas-El Carmelo se hizo en años anteriores y se halla en buenas condiciones. El último tramo se contrató por 3 millones de dólares y cuenta con señalética vertical y horizontal, que precisamente se concluyó de pintar el sábado anterior. Posiblemente sirva para incrementar la producción de maíz y panela, que son los principales renglones económicos de la parroquia. La mayor parte del maíz, que está a USD 19,00 el quintal, se va a Guayaquil.
Lauro Guerrero estaba desierto; no hallamos a las personas que buscábamos. Un señor nos explicó que el fin de semana no hay nada que hacer y la gente sale, que la mayor parte se había ido al barrio Suanamá, que estaba de fiesta. Que en los días ordinarios cada uno cumplía sus actividades laborales y por las tardes los varones se dedican a jugar hasta cansarse y luego a echarle trago, “no hay otra cosa que hacer”. Importantísima declaración que debe inducir a las autoridades a buscar formas de combatir el alcoholismo, para preservar la salud de la población masculina.
Suanamá de fiesta
A corta distancia de Lauro Guerrero está el barrio Suanamá, al que nos trasladamos en unos 5 minutos, con la esperanza de encontrar algo interesante. Estaban realizando un campeonato interbarrial de indorfútbol masculino y femenino, en la cancha de propiedad del Club Deportivo de Suanamá. Centenares de hombres, mujeres y niños observaban los encuentros, mientras disfrutaban del seco de gallina criolla, las empanadas fritas, las salchipapas y el buen café.
Nos informamos que tienen una escuela de educación básica en el barrio, que los jóvenes siguen el bachillerato en Lauro Guerrero y los bachilleres han cursado sus estudios superiores en universidades de distintas ciudades del país, según las carreras que han querido seguir y en los lugares asignados por la SENESCYT. Después de graduarse ninguno ha regresado a vivir en el barrio, porque en el mismo no tienen posibilidad de trabajar. Helen Gallegos había venido de Guayaquil, donde está estudiando Seguridad Ciudadana a nivel superior. Ella tiene claro que se quedará en el Puerto Principal a trabajar…
“¿Qué necesitan con mayor urgencia que haga el Municipio o la Junta Parroquial?” pregunté a un grupito de jóvenes. “El alcantarillado”, fue la respuesta, y la potabilización del agua, pues solo tienen agua entubada. Hice otra pregunta: “¿Quiénes son los candidatos a vocales de la Junta Parroquial?” El más avispado dijo “Yo”. “Bien, y qué piensa hacer como vocal de la Junta?” le interrogué. Me contestó “Como todos los anteriores… ¡Nada!”, desatando la carcajada de quienes lo escuchábamos. (I)