Juventino Vélez, el lojano creador del diarismo azuayo

César A. Correa J,

Este 12 de enero se cumplen 81 años de la muerte del lojano Juventino Emiliano Vélez Ontaneda, quien fundó el periódico El Progreso en la ciudad de Cuenca, iniciando a circular como diario el 06 de diciembre de 1918 (el primero en aparecer en el Azuay); logró subsistir hasta el 06 de septiembre de 1924 y desapareció para siempre por las represalias de los gobiernos liberales.

Juventino Emiliano Vélez Ontaneda fue dirigente regional del Partido Conservador, al que defendió sin tregua en las más duras condiciones políticas. En 1904 fue elegido diputado por la provincia de Loja, por los conservadores; el 1908 las huestes liberales de Loja saquearon su casa y le arrebataron sus bienes, por lo que tuvo que emigrar para no regresar jamás. Un tiempo se radicó en Lima, pero por la amenaza de una guerra cuando era presidente Eloy Alfaro, retornó a Ecuador, estableciéndose en Cuenca.

La revolución alfarista no tocó a las estructuras feudales de la Sierra, sus gobiernos se limitaron a impulsar el capitalismo en la Costa, vinculándose mucho más que en el siglo XIX al comercio internacional y en las 3 primeras décadas del siglo XX impuso la hegemonía de la banca, convirtiendo a Urbina Jado en el hombre más poderoso del país. Los liberales, por sus propias convicciones ideológicas y por conveniencias políticas introdujeron la separación de la Iglesia y el Estado, con lo que se redujo el control de los curas sobre los ciudadanos, ante esto la jerarquía eclesiástica se sintió amenazada de muerte y obligada a responder como una fiera herida, tal como hoy lo hace la alta burguesía neoliberal ante el avance del progresismo. Juventino Vélez se puso del lado de los conservadores y fue víctima de la furia ciega de los liberales, que trataron de dejarlo en la indigencia. El lojano no se rindió jamás, pero se quedó sin la posibilidad material de seguir practicando el periodismo, sin embargo, se llevó la gloria de haber fundado el diarismo en la provincia del Azuay.

Manuel Vallejo Chávez, expresidente del Colegio de Periodistas del Azuay, es uno de los principales biógrafos de Vélez e interesado en perpetuar su memoria. En la revista cuencana El Observador de diciembre de 2018 publicó datos muy importantes, algunos de los cuales utilizaré en este reportaje.

Vida

Juventino Emiliano Vélez Ontaneda nació en la ciudad de Loja en 1864 y falleció en Cuenca el 12 de enero de 1942, a la edad de 78 años. Se conoce que su padre fue don Lautaro Vélez Ochoa «…su educación primaria y secundaria la efectuó en Loja, y terminó su carrera universitaria en la Facultad de Jurisprudencia en Cuenca, ciudad en donde contrajo matrimonio con la gentil dama Aurelia Carvallo Ledesma.

Graduado de abogado, retornó a su ciudad natal, donde fue algún tiempo profesor del Seminario Menor, regentado por los padres lazaristas; ejerció también algunos cargos públicos, como secretario de la Municipalidad de Loja, así como de elección popular, siendo electo por Loja al Congreso Nacional de 1904″.

«Juventino Vélez se inició en el periodismo en su ciudad natal con su hermano Flavio, periodistas por vocación, de ideología conservadora, razón por la cual su principal campo de acción fue el de la prensa católica, boyante hombre de negocios fue víctima de las represalias políticas por parte del gobierno liberal alfarista, que le causó saqueos y abusos, ocasionándole la ruina de su fortuna, lo que le obligó a dejar Loja, y, después de permanecer algún tiempo en Lima, regresó a Cuenca en el año de 1908».

«El Progreso, se publicó en nuestra ciudad en sus inicios (23 de marzo de 1915) como semanario, posteriormente su circulación fue bisemanario hasta completar 226 ediciones el 18 de octubre de 1917. A continuación interdiario, publicándose los días martes, jueves y sábados, hasta que por fin el 06 de diciembre de 1918, circula como diario en nuestra ciudad, por lo que, la paternidad del diarismo en Cuenca corresponde al doctor Juventino E. Vélez Ontaneda, quien mantiene su periódico en circulación diaria hasta su edición N° 2.100, que circuló el 6 de septiembre de 1924».

Hay que agregar que El Progreso no desapareció por completo, pues se transformó en el diario El Mercurio, principal medio de comunicación escrito del siglo XX en el Azuay.

El 23 de marzo de 1920 la sociedad cuencana le rindió un solemne homenaje al Dr. Juventino Vélez, en el que el intelectual Dr. Rafael María Arízaga hizo vibrantemente la respectiva reseña de los méritos cívicos e intelectuales y conjuntamente con la dama María Vázquez Espinosa, en representación de centenares de destacadas mujeres cuencanas, le impusieron una medalla de oro, le entregaron un pergamino autografiado y una pluma de oro, símbolos del pensamiento.

Vélez tuvo que pasar a la clandestinidad, refugiándose en un sótano, según cuenta M. Morales H., uno de sus discípulos y colaboradores, que asegura que jamás decayó el ánimo del integérrimo periodista, de incuestionable honradez y temible censor de los desmanes de los liberales.

La muerte de Juventino Vélez sorprendió a la sociedad cuencana, el 12 de enero de 1942, hace 81 años, cuando se hallaba profundamente acongojado por la invasión que soportaba la Patria. El diario El Mercurio publicó una sentida nota luctuosa. Centenares de ofrendas florales llegaron a la capilla ardiente. En el sepelio se escucharon varias oraciones fúnebres, entre ellas las de Luis Moscoso Vega, en representación del Sindicato de Obreros Gráficos, y Tarquino Martínez Borrero.

Es incomprensible que en Loja se ignore la existencia y obra de su destacado hijo, a pesar de que en 1957 la Unión Nacional de Periodistas Núcleo del Guayas haya comunicado al alcalde Dr. Alfredo Mora Reyes que ha decidido otorgar el premio «Juventino E, Vélez» en el concurso para estimular el trabajo de los periodistas porteños y de que el Municipio de Loja haya resuelto crear el premio «Juventino E. Vélez» a entregarse anualmente en el concurso que se realizaría entre los periodistas de Guayaquil, según lo publicado por el diario «La Opinión del Sur» de la ciudad de Loja, en diciembre de 1957. No se ha vuelto a oír que el Municipio de Loja haya entregado ese premio.

A petición del Colegio Provincial de Periodistas del Azuay el Municipio de Cuenca el 02 de agosto de 2006 resolvió poner el nombre de Juventino Vélez al parque del barrio Perespata y colocar allí una estatua del fundador del diarismo azuayo. Hasta la fecha se ha cumplido lo relacionado con construcción del parque, pero aún no se coloca el busto.

Manuel Vallejo en el artículo mencionado estima «justo y necesario también rendir homenaje a uno de sus nietos, el señor Jorge Vélez Berrezueta y a su gentil familia, quienes, en un singular acto de desprendimiento, en enero de 2006 donaron al Colegio de Periodistas del Azuay, un terreno aledaño al parque Juventino Vélez Ontaneda» para que allí construya su sede social.

Simón Valdivieso Vintimilla escribía en el diario «El Mercurio» del 29 de marzo de 2006: «La vida de Juventino Vélez Ontaneda está escrita en la memoria colectiva de la ciudad, se la encuentra en le hemeroteca del Banco Central del Ecuador» y exige que se proceda a colocar el busto solicitado por el Colegio de Periodistas. Hernán Rodríguez Girón, columnista del diario «El Mercurio», el 28 de enero de 2006, también evoca elogiosamente la memoria del ilustre lojano. Asimismo el connotado periodista azuayo Antonio Lloret Bastidas publicó una amplia biografía de nuestro personaje.

En lo que respecta a Loja el Dr. Juvenal E. Vélez es mencionado una sola vez por el Dr. Máximo Agustín Rodríguez en su obra «El Periodismo Lojano», que lo registra como redactor del periódico mensual «El Obrero Lojano», fundado y dirigido por el sacerdote Lautaro V. Loaiza, el 1904. 

Este reportaje ha sido posible que lo escriba gracias al vivo interés de mi amigo Hugo Angüisaca, miembro del Colegio de Periodistas del Azuay, que residió en Loja en los años 60 y que se ha preocupado de recopilar las publicaciones que ha tenido a bien proporcionarme para el efecto.

Espero que los lojanos, especialmente los periodistas, asumamos la obligación de sacar del olvido la vida de este conciudadano, que fue ejemplo de fidelidad a sus principios y le cabe la honra de haber dado origen al diarismo en la ciudad de Cuenca. (I).