El silencio de las ONG ante la infraestructura vial estatal y su incompatibilidad con el clima en el Ecuador

Elaborado: César Aurelio Pineda Armijos

En el Ecuador, el transporte terrestre se efectúa mayormente por carretera. El conjunto de carreteras es conocido como red vial nacional, integrada por la red vial estatal (10.160 km). El 38% de la red vial estatal está medianamente funcional, según datos del Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP). Ecuador ha sufrido los efectos del fenómeno del Niño en 1997/1998. Las carreteras fueron afectadas por daños, con USD 930 millones

El cambio climático es una realidad y sus consecuencias las estamos viviendo actualmente en Ecuador. Un ejemplo es la provincia de Loja que en el 2022 presento 4 emergencias en las vías estatales, lo que restringió la funcionalidad y tráfico vehicular de la vía para el tránsito.

Jim Hall, Profesor de Oxford, revela que el 88 % de los costos de adaptación, corresponde a infraestructura y reconoce la necesidad de actuar responsablemente formulando políticas para asignar y ubicar recursos y medidas prácticas priorizadas a fin de maximizar los avances en infraestructura y cambio climático.

Inger Andersen, directora del Pnuma señala que no se debe seguir construyendo infraestructura de la manera tradicional, ya que destruye los ecosistemas y la capacidad de la naturaleza de regular el clima. Es esencial invertir en infraestructura sostenible, adaptada a condiciones climáticas del futuro, que descarbonice la economía, proteja la biodiversidad y reduzca al mínimo la contaminación.

La CAF ha desplegado ambiciosos programas para el cambio climático, aunque la aplicación a las infraestructuras carreteras es relativamente reciente. Los Organismos No Gubernamentales (ONG) no se han vinculado en programas de apoyo para el cambio climático de infraestructura vial.

Lo anterior hace necesaria la participación de las ONG, pero al parecer en el Ecuador se han profesionalizado, han perdido su contacto con la base y sus aspiraciones de tener una estructura donde el propósito de la adaptación del cambio climático sea incluyente, con todos los sectores y actores, para cumplir con los requerimientos ambientales nacionales e internacionales de manera articulada para generar acciones al cambio climático compatibles.

El Ministerio de Ambiente, Agua y Transición Ecológica (Maate), cuenta con un marco político en materia de Cambio Climático que no considera al MTOP un ejemplo es la estrategia de financiamiento de cambio climático, por lo tanto, se evidencia la exclusión de este ministerio en la participación climática que puede ser visibilizado por distintas ONG.

Las ONG son fundamentales para el desarrollo de políticas sobre infraestructura para la acción por el clima y la adaptación, pero la no participación o incidencia para que existan equidad de oportunidades a participar a los actores importantes del cambio climático, expresa su silencio; que podría esconder intereses no incluyentes que son egoístas.

Por lo tanto, me permito suponer que el silencio de las ONG está vinculado a una estrategia selectiva para quienes buscan financiamiento, apoyado por la normativa ambiental actual que desarrolla el Maate, y que deja aparte la participación en planes de adaptación y financiamiento a actores claves del Cambio Climático como el MTOP.

Las ONG, como actores sociales que incide en la política ambiental, no pueden quedarse en silencio, debe demandar la inclusión de todos los actores que generan gases de efecto invernadero y requieren de medidas de adaptación para impulsar y articular los compromisos de cambio climático nacionales e internacionales, debiendo incluir al MTOP cuyo aporte tendría un impacto en las metas de cambio climático al contar con fondos del cambio climático para  generar acciones compatible con el cambio climático.

Finalmente, es necesario de romper el silencio y abrir un cúmulo de oportunidades, en el desarrollo de la infraestructura, para la acción por el clima que es incompatible, donde los actores sociales como las ONG deben fortalecer la adaptación al cambio climático generando infraestructuras sostenibles compatibles con el clima de una manera incluyente y resiliente.