El juego del carnaval es una fiesta tradicional, sin embargo, también es causante de varios accidentes. En la ciudad y provincia de Loja, autoridades piden no adelantarse a esta celebración. Se afianzan los controles en las afueras de los centros educativos y parques de la ciudad.

Una adolescente de un establecimiento de la urbe lojana habría sufrido un accidente a causa de este juego, causando daños en uno de sus ojos.

Hace pocos días, en la ciudad de Cariamanga, una madre de familia, que estaba embarazada y transitaba por una de las calles de esa ciudad, recibió el impacto de un globo lleno de agua, lanzado sin precaución por jóvenes que se adelantaron a esta festividad.

El subteniente Carlos León Mera, del Distrito Policial Calvas, indicó que, efectivamente, este incidente se presentó en la ciudad, pero la persona agredida no sufrió mayores daños.

Recomendó a los jóvenes realizar este juego con precaución y a los padres estar vigilantes de las actividades de sus hijos.

Pidió a la ciudadana denunciar estas prácticas en el chat comunitario, al ECU 911 o en la Unidad de Policial Comunitaria de la localidad.

Alerta

El intendente general de Policial en la provincia de Loja, Lindon García Ontaneda, indicó que los controles rutinarios, por motivo del feriado de Carnaval, iniciaron en los distintos cantones y parroquias con el apoyo de los jefes y tenientes políticos.

 “Se mantienen las últimas reuniones para finiquitar detalles de los operativos en toda la provincia”.

Coordinación

 La autoridad explicó que también se coordina con los directivos de los distintos establecimientos educativos, para impedir que el juego de carnaval atente contra la integridad física de estudiantes y transeúntes.

“Se realizó un llamado a las autoridades de educación para que emitan las disposiciones correspondientes”. En los planteles está prohibido realizar este tipo de prácticas.

Evitar

Autoridades recomendaron jugar carnaval dentro del círculo familiar, evitar acciones bruscas como lanzar globos o llenar baldes con agua y arrojar el líquido a personas extrañas que caminan por la calle, reduciendo así los accidentes y agresiones físicas a la ciudadanía. (I).