
Derrumbes en las riberas de los ríos y quebradas de la ciudad de Loja, así como contaminación con aguas servidas y maleza, es el panorama que grafica la falta de gestión administrativa y de recursos por parte del Municipio, en materia de gestión ambiental, según expertos y un concejal del cantón.
José Romero, de la fundación Naturaleza y Cultura Internacional (NCI), dijo que las fuentes de agua como El Carmen, Pizarros, Mendieta, así como en el parque Podocarpus estarían en buenas condiciones. “El problema es cuando se aproximan a la ciudad, porque hay desagües que van directamente al río; hay desbordamientos, y eso se genera por la falta de planificación urbana”, comentó el experto. Y agregó que la fundación NCI ayudó a comparar varias propiedades de la parte alta de las cuencas hidrográficas, en un trabajo conjunto desde 2006. “Si seguimos arrojando escombros a los ríos y no hay el tratamiento de las aguas residuales, con las lluvias fuertes colapsa todo”, ratificó.
El informe de una inspección técnica a la microcuenca de las quebradas El Carmen y San Simón, sector Zamora Huayco, al que accedió Diario Crónica, recomienda al Municipio de Loja y otras instituciones, “realizar un plan de manejo integral” para monitorear deslizamientos, colocación de señaléticas, acciones para reducir el impacto de una planta avícola, acciones por la tala de árboles de eucalipto, realizar inventario de los movimientos en masa, limpieza de sedimentos a lo largo del cauce, limpieza de material vegetal, censo de las casas afectadas y posiblemente afectadas, etc.
El concejal urbano, Pablo Burneo Ramón, dio a conocer que el problema viene desde hace muchos años atrás, debido a la falta actualización de la tasa de cobro del agua potable, la misma que no permitiría cancelar el porcentaje al Fondo Regional del Agua (Foragua). “Son más de 31 quebradas que no tiene mantenimiento porque el Municipio no tiene un superávit en el cobro del agua potable (tratar un metro cúbico de agua cuesta 60 centavos de dólar, pero los ciudadanos pagan 33 centavos) que nos permita aportar para que Foragua nos apoye con proyectos de restauración de cuencas hídricas”.
Agregó que son 13 áreas de conservación municipal las que no tienen recursos y tampoco planificación para su conservación. “Tenemos más de 8 mil plántulas maduras para reforestar y no se utilizan porque no hay una planificación”, comentó el concejal Burneo Ramón. Además, puntualizó que ni la administración del extinto alcalde Jorge Bailón Abad ni la actual, Picoíta Astudillo, han demostrado interés en hacer esa gestión. “Por eso no existe ni el fondo ni la gestión para el cuidado de la cuenca hídricas”, subrayó.
Rodrigo Tapia Castro, experto en temas ambientales y de conservación, le dijo a Diario Crónica que el manejo de ríos, quebradas y el entorno natural en Loja, es desastroso y viene así desde muchos años atrás. “El manejo adecuado de áreas verdes y bosques protectores, lo que se conocía como cinturón verde, desde 1970, no se ha cumplido y solo ha quedado en buenas intenciones, ya que no existen reglas claras en las instituciones de control”, detalló. También comentó que en verano se registran incendios, presencia de ganado dentro de las captaciones que permanecen abiertas y en época de pandemia la gente los habría convertido en balnearios, depósitos de residuos animales, chancheras, contaminación química, etc.
El concejal urbano Burneo Ramón, coincidió con el experto en relación al grado contaminación de los ríos de la ciudad. “Los ríos Malacatos y Zamora, a su paso por la ciudad, reciben la descarga de aguas servidas de las quebradas que no forman parte del sistema de alcantarillado de la Planta de Tratamiento ni colectores marginales”, informó. Agregó también que solamente el 40% de las aguas negras de Loja serían tratadas, mientras el 60% se evacuarían directamente a los dos afluentes que cruzan Loja.
Por su parte, Francisco Gordillo Gordillo, principal de Foragua en Loja, comentó que la alcaldesa Patricia Picoita Astudillo, ha retomado la contribución al fidecomiso desde marzo de 2022, por lo que ya habría un monto superior a los USD 300.000. “Con una reforma arbitraria de una ordenanza se dejó de pagar desde 2015 hasta febrero de 2022, por lo que el municipio le debe al fondo una cifra superior a los USD 2’000.000, ya que el contrato de fideicomiso está firmado a 80 años plazo y es irrevocable e inembargable”. Indicó que se está trabajando para ejecutar proyectos de conservación en las fuentes de agua para consumo humano.
Vía telefónica contactamos con el director de la Unidad de Gestión Ambiental municipal, pero debido a su agenda no accedió a la entrevista. (I)