MUJER: Eres cual lágrima encendida
apacible, sutil, tierna hasta el llanto,
tersa como las flores de amaranto,
y dulce cual la dicha apetecida.
Tiene tu ser, la prontitud del vuelo
y el fulgor de una estrella, tu mirada,
tu alma es como la brisa perfumada,
y tus párpados finos como un cielo.
Tus ojos claros son, como las lilas
y su mirar profundo cual los lagos,
atrae retratarse en sus pupilas.
Tú disipas la pena, los enojos
y conviertes en luz los días aciagos,
con el iris divino de tus ojos.
Acf.
En este día especial
MUJER: Eres cual lágrima encendida
apacible, sutil, tierna hasta el llanto,
tersa como las flores de amaranto,
y dulce cual la dicha apetecida.
Tiene tu ser, la prontitud del vuelo
y el fulgor de una estrella, tu mirada,
tu alma es como la brisa perfumada,
y tus párpados finos como un cielo.
Tus ojos claros son, como las lilas
y su mirar profundo cual los lagos,
atrae retratarse en sus pupilas.
Tú disipas la pena, los enojos
y conviertes en luz los días aciagos,
con el iris divino de tus ojos.
Acf.