“La resistencia”, ¿libro subversivo?

Luis Antonio Quizhpe

Con este título, Yaku Pérez Guartambel, plantea en su libro la tesis política de resistir con potencia, fortaleza, fuerza y energía a la pretensión de los gobiernos extractivitas que creen que para salir del subdesarrollo hay que explotar los recursos naturales como el petróleo, el oro. En especial el agua, recurso humano esencial, no solo para la vida del hombre, sino de los animales y para el equilibrio de la propia naturaleza.

Claro que no deja de ser una tesis política porque su autor es un activista político que, como estrategia, utiliza el término para manipular e involucrar directa o indirectamente a todo el conglomerado humano, porque quiérase o no, una gran mayoría estaría de acuerdo en reprochar al “sadismo colonial”, “al racismo”, “al poder totalitario”, a “la contaminación ambiental”, por ejemplo.

Yacu Pérez Guartambel es un político conocido a nivel nacional e internacional. En Ecuador es arte y parte de la Conaie, Confeniae, Ficsh, Ecuarunari y, fue candidato presidencial por Pachakutik, tienda política electorera, igual que otras. En la contienda electoral con Guillermo Laso, alcanzó el segundo lugar, aunque acusó al Consejo Nacional Electoral de fraude. Y a nivel Latinoamericano es miembros de la CAOI (Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas).

Por rencillas políticas, fue extrañado de Pachakutik y ahora anda, cual Moisés en el desierto, conformando otro partido político denominado “Somos Agua”, movimiento “ecofeminista”, basado en temas del ecologismo, la educación, la economía comunitaria y la ética. Nada nuevo. Pura demagogia populista, donde a leguas vemos que solo él quiere ser candidato y convertirse en otro cacique más.

Pero, el libro es cosa seria. Un verdadero tratado de la historia de nuestros pueblos sojuzgados por la espada española, narrado sin tapujos ni mojigaterías. Con crudeza acusa a las formas del enjaulamiento colonial, al cuento de la sangre azul, a las invasiones dramáticas, a los genocidios, a la falacia de la modernidad, a la doble moral, al extrativismo, a la ilusión de la minería. Y, desde luego apela a la subversión de los grupos sociales, a la resistencia, a la rebelión, como única alternativa para ser libres.

Y como lección, el libro sugiere que la vida del ser humano ha de fundarse en el Sumak Kawsay, es decir, en el equilibrio natural y espiritual, basado en los principios que rigen la vida del universo: reciprocidad, bioética, paridad, interculturalidad, integralidad, diversidad, dialogalidad, ciclicidad. En fin, un libro para leerlo con pasión, en especial los políticos. Aunque se nota, por su actitud, que los Pachakutik como Iza, Vargas, Tiván, Quishpe, Medina no lo han leído.

Sería bueno que lo hagan porque el libro, no solo que convoca a levantarse, sino que sustenta la tesis de fondo para la real transformación política del Ecuador.