Como ladrón en la noche

Cuando caminas por la calle nos encontramos rodeados de sonidos de todo tipo, se escuchan los autos, las voces, música, el viento o quizá el canto de los pájaros. De todos ellos, ¿a qué sonidos prestas atención?, probablemente dependerá de lo que estas haciendo en el momento; por supuesto, si vas a cruzar la calle, seguro te centrarás en los autos, si estás de compras, las voces o la música atraerán tu atención, si solo estás caminando, quizá ignorarías los sonidos de tu alrededor. Y si de señales se tratase, ¿las ignorarías?

Jesucristo prometió que regresaría “He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra” (Apocalipsis 22); por supuesto, no dio una fecha exacta y cabría preguntarse que significa “pronto”, ¿quizá un día, un año, mil años?, lo cierto es que nadie lo sabe, solo sabemos que debemos estar preparados, “porque el Hijo del hombre vendrá cuando menos lo esperen” y en su venida le dará a cada uno lo que le corresponde según como haya vivido. Este pasaje me recuerda los exámenes sorpresa en la secundaria; el que estudiaba permanentemente y estaba preparado siempre obtenía una buena calificación, por su parte, el que no estaba preparado, reprobaba.

¿Y cómo puedo estar preparado? La respuesta está en recibir a Jesucristo como Señor y salvador, en arrepentirse sinceramente de nuestras malas acciones, en nacer de nuevo y ser una nueva criatura que busca alcanzar la estatura espiritual de Cristo, perseverando en el camino del Señor mediante una vida de obediencia y haciendo la voluntad de Dios en nuestra vida y, por supuesto, llevando el mensaje de salvación a aquellos que no lo conocen.

Alguno dudará, pues ha pasado más de 2000 años y Cristo aún no ha regresado, es cierto, pero, “el Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas” (2 Pedro 3).

El Señor viene pronto y las señales del final son cada vez más evidentes, terremotos, guerras, enfermedades, violencia y un largo etc., se reportan a diario. En este punto la pregunta es: ¿Ignorarás las señales?