La ciudad es un laboratorio

para crear

(Para escribir, antes)

Leer, morderse la lengua,

trabarse con el recuerdo,

arrojar el suspiro espina

toser la pus y la melancolía

transpirar las cosquillas y las letras

mojar las palabras,

hablar con el texto,

pintar el firmamento

flotar en el reflejo de la luna

como un error, caída, resentimiento

podar, emporar, soplar

pasarle el trapo húmedo

agregar un chorrito de vinagre

escuchar: “muchachito roto”

rasgar las cuerdas rotas del presente

pasear en la montaña

garabatear la noche

los colores del arcoíris

en el cielo de la ciudad

la escritura es una cámara instantánea

escribir desnudo

cuando haces gárgaras

al usar el baño y la ducha

después de abrir y cerrar la puerta

al salir de la rutina y apagar las mechas

amasar las coplas y las memorias

eres un pétalo en el remolino de la corriente

imagina el paisaje como un rollo fotográfico

escribir, escribir, escribir, escribir, escribir, escribir

los libros, la mesa, la piel, el brazo, en la siesta, en el hueso

en la servilleta, factura, toalla, papel higiénico, hoja, agave, cuando no estás triste,

en las señales, en las venas, con las entrañas, en el karaoke, a las pestañas de rímel,

en la mirada, en los pantalones, en las cejas, en las pantallas, en los autos sin lavar, en las esquelas, quetas, ombligos, con el dedo en el polvo, aplicaciones y el Spotify

garabatear notas y pegar en el refrigerador

en la máquina de mecanografía

responder un correo pendiente

escribir imaginando que escribes

no confíes en quién escribe poesía:

la biografía de quién serías si fueras escritor

la puerta de la ciudad,

el repe de tu abuela,

el closet las compras,

el menú de este día,

si fueras un mendigo

mendigar el amor en las calles de la neblina de signos

los Lojanismos

la miel y el quesillo

la manteca de chancho

el mercado de las pitas

si fueras un editor del periódico

en la fundición de la losa de al lado el día de vacaciones

la impresión de la persona que conociste hace poco

un poema si hubieses salido y entrado de la cárcel

sin rimar y tomar una copa de vino

una cerveza en el Bombuscaro

un helado en el Guayabal

poesía: bebida en el desierto

Si tuvieras que inventar un lugar sería como: ¿tu habitación, El Podocarpus, Vilcabamba, Saraguro, El Estacionamiento, La Casa Olvidada, La Cascarilla, El Colegio, El Carmen, La Catedral, La Bolívar, San Sebastián, La Alcantarilla,

La 24 de Mayo, Cyranos, La Laguna, La Lourdes, Jipiro, La cruz, El bus?

Cuatro horas seguidas escribir y seis mil horas dormir

cada segundo que escribes, revives y repites

detrás de las fotos de hace cinco años

las canciones que escuchaste hoy

en los sueños de tu juventud

en los tejados negros

y en los bailes

¡bailemos!

¡Escribir, soltar todo y largarse!

en la lluvia, en el lodo, en el escritorio

en la vereda, en el pizarrón, en la camiseta

en la pañoleta, en la orilla, en la columna

en el poste de luz, en la costumbre

en la espalda y la caracha

al acampar y al roncar

en el balcón el domingo,

en un mensaje de voz

¿decreto de guerra de poemas

o de porte armas en huelgas?

¿por qué escribir si ya tenemos a la <<ei-ai>>?

¿es una forma de sobrevivir?

¿el musgo del prójimo?

¿no escribir es una pena?

¿es dibujar flores en el pasto?

¿es un secuestro en el mercado central?

¿es confesar los pecados ajenos?

¿es morir para ser eterno o vaciarse el ego?

¡Es doblarse el lomo en las aulas días enteros!

 ¡Luchar como las mujeres contra el patriarcado!

«Tanto más libre un pueblo cuanto más ilustrado”

Escribir para estar en desacuerdo con el mundo

para desintegrarse en las palabras

para representar las huellas trazadas

en una canción para salvar una vida

la única defensa fuera escribir el silencio

rayar y rayar la pared invisible para escribir

borrar todo, escribir, borrar y seguir escribiendo sin escritura o posibilidad alguna de escribir y quemar lo que escribiste.

Pero, antes de escribir, mi poema es: leer.

A los maestros de la palabra.

De Pedro Siniglesia.