
Tras el anuncio del secretario jurídico de la presidencia de Ecuador, Juan Pablo Ortiz, acerca de que el decreto para aplicar la “muerte cruzada” está listo, pero será el mandatario, Guillermo Lasso, quien decida cuándo usarlo; se generaron diferentes criterios. Gabriel Hidalgo Andrade, constitucionalista y politólogo lojano, realizó un análisis de la situación actual del país.
La “muerte cruzada” es una herramienta constitucional que permite al presidente disolver el Parlamento, llamar a elecciones generales y gobernar por decretos durante seis meses.
Gabriel Hidalgo dijo a Diario Crónica, que, en lo relacionado al pronunciamiento del mandatario de aplicar la muerte cruzada si intentan destituirlo, esto “es un misterio porque no se sabe si el presidente va a utilizar este recurso constitucional. Ni siquiera los colaboradores más cercanos lo saben, porque es un arma de doble filo”.
A su criterio, el ambiente político en la Asamblea “es de incertidumbre. Hay una sola mayoría, y varias minorías”. Se necesita una “mayoría calificada, para conseguir 92 votos. Al existir otras minorías que no deciden…, todavía no queda claro lo que va suceder”.
Disolución Asamblea
Referente a cuáles serían las repercusiones de concretarse la disolución de la Asamblea Nacional, puntualizó que, tendría consecuencias de orden institucional.
“Se trata de una figura que fue colocada en la Constitución de 2008, con la intención de facilitar la gobernabilidad de un presidente, que, por aquel entonces, concentraba todos los poderes de Estado”.
De disolverse la Asamblea, el presidente Lasso tendrá algunos meses para gobernar, sin el Legislativo.
“Posiblemente habrá manifestaciones populares intensas, reclamando el retorno democrático, porque la ‘muerte cruzada’, por más que esté en la Constitución, no significa que sea democrática”.
Temas coyunturales
Frente a este ambiente, y al consultarle si se han abandonado otros temas de coyuntura nacional como salud, educación y otros; Hidalgo Andrade precisó que estas áreas, “no se descuidaron ahora, sino desde el principio”.
Acotó que, una de las acciones del presidente Lasso debió ser “trabajar políticamente para conseguir ciertos resultados en materia de generación de políticas públicas”.
Y un aspecto negativo fue, “rodearse de un círculo cercano incompetente o corrompido, y el dejar de escuchar voces valiosas dentro de su propio proyecto político, lo que ha conducido a esta actual crisis de inestabilidad”.
Por ello, “se han postergado algunos temas de interés nacional”, puntualizó el politólogo lojano. (I)