Nadie gana con el cuento
de la “muerte”, nadie gana,
ni la masa ciudadana,
ni los yermos monumentos.
Dicen muchos: me arrepiento
por el voto malgastado
en don Guillo despistado
que nos puso al precipicio
entre lágrimas, suplicios
como pueblo derrotado.
Dicen muchos analistas
que él solito fracasó
porque mucho nos mintió
con sus poses arribistas.
Sus acciones fatalistas
fueron golpe a los más pobres
que sucumben sin un “cobre”
a su suerte abandonados
sin auxilio del estado,
aunque plata exista, sobre.
En su mundo paralelo
don Guillermo se solaza
y nos dice: “nada pasa”
cuando el pueblo está de duelo.
Según él, nos toma el pelo
y nosotros calladitos
…no señor! es nuestro grito
que te vayas lo más pronto;
tu gobierno chueco, tonto
nos ha puesto finiquito.
Dos añotes al olvido,
a la sombra, a la basura,
hay que echarle sepultura
y ponerlo despedido.
Marcha el pueblo arrepentido
en procura de otros nombres
de mujeres y otros hombres
para en algo resarcir
estos años de sufrir
a la sombra de ese hombre.
Se burló don Guillo Lasso
de los miles de estudiantes
que hoy transitan anhelantes
por un cupo, paso a paso.
El gobierno del fracaso
nos burló las medicinas,
los insumos, vitaminas
y los turnos al granel,
sin el toner, el papel
y vacías las vitrinas.