Y patearon el tablero

César Augusto Correa

elcesarbelt@gmail.com

Como la candidatura de Luisa González avanzaba a paso de vencedores era inevitable que para frenarla se preparara algo para agosto, que sirviera para “patear el tablero”, pero en ningún momento me imaginé que lo hicieran como lo acabamos de ver.

Las fichas de Luisa González no saltaron por el aire, no se desparramaron, se mantienen firmes en sus posiciones, pero los partidarios de Villavicencio lógicamente se han dispersado hacia las candidaturas que deseaban favorecer los programadores del asesinato. Posiblemente la mayoría de los indecisos se inclinen en la dirección que las apariencias presenten como solidaria con la víctima del asesinato.

Para todos ha quedado claro que la violencia ha llegado en el Ecuador al nivel más alto desde la Guerra de los 4 días, de hace 9 décadas.

En lo que hay discrepancia es en determinar la causa de dicha violencia y las fórmulas para erradicarla.

Una interpretación muy ingenua considera que la violencia es nada más consecuencia de la penetración de las pandillas y las mafias del narcotráfico en la vida del país, para lo cual se requiere un Rambo que les haga la guerra sin cuartel y sin piedad.

Hay otra interpretación de carácter sociológico que señala dos causas para la violencia, una de ellas la pobreza extrema generada por la aplicación cruda del neoliberalismo que se ha hecho en los gobiernos de Moreno y Lasso, y la otra, la desesperación de las clases dominantes que sienten que se les escapa el control de la sociedad, mientras ascienden las fuerzas populares. Para esta otra visión de las cosas no es un Rambo lo que se necesita, sino un gobierno que destine todos sus recursos económicos a la realización de obra pública, que servirá para dar trabajo a centenares de miles de familias, brindar buenos servicios públicos y dinamizar la economía.

Diríamos que estamos viviendo una situación similar a la de hace un siglo, cuando los señores feudales agrupados en el Partido Conservador perdían su poder, mientras la burguesía liberal asumía el control estatal. Los conservadores respondieron con extrema violencia hasta que desapareció su clase social. Hoy lo que sucede es que la pequeña burguesía está desplazando a la burguesía y ésta desatará toda clase de violencia. para lo que desea es un Pinochet. La izquierda está consciente de este peligro y sus tácticas son las adecuadas para evitar un golpe como el terrible que les cayó a los chilenos hace medio siglo y ha martirizado tanto a los trabajadores. La izquierda es la verdadera interesada en devolverle la paz a la nación.