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La participación ciudadana en la vida política del Ecuador, ha mostrado una serie de incoherencias que se van profundizando en vez de irse corrigiendo.
Les presentamos una muestra de tres situaciones que están presentes en la actual campaña electoral: ¿cómo es posible que la gente en condiciones de pobreza e incluso de miseria tengan la intención de votar por un empresario y banquero como es Daniel Noboa? ¿Cómo es posible que se prefiera la supuesta juventud de Noboa que la experiencia de Luisa González? ¿Cómo es posible que se piense en votar por personas que han tenido experiencia solamente en negocios privados y dejan fuera a personas que tienen experiencia en la administración pública?
Para responder a estas y otras inquietudes, les presentamos algunos fragmentos del artículo “Ignorancia culpable” de padre Pedro Pierre:
“Llama la atención y da vergüenza que, en esta campaña electoral, las encuestas de opinión den la ventaja al binomio presidencial de Daniel Noboa y Verónica Abad sobre el de Luisa González y Andrés Arauz. Noboa representa la empresa que acumula la mayor cantidad de dinero -y de deuda- del país y es una de la mayor fortuna del continente. Sabemos que esta riqueza es principalmente el fruto de la explotación de los trabajadores de sus 200 empresas nacionales. El segundo binomio representa una experiencia exitosa -como nunca antes- de gobierno durante 10 años. ¿Por qué una tal ceguera? La mayoría de los ecuatorianos no quiere reconocer a sus explotadores de 2 siglos y prefiere continuar siendo sus esclavos. ¿No tendrá esta mayoría ecuatoriana “¡bolsillo de pobre y cabeza de rico!”, creyendo que todos podemos ser ricos como los banqueros y los empresarios. ¿Cuándo nos daremos cuenta que la acumulación de riqueza es el fruto de la explotación de los pobres por los ricos?
Hay que decir también que todos, unos más y otros menos, somos culpables de esta situación de preferir la explotación a la dignidad, la sumisión a la libertad, la verdad a la mentira. Hemos dejado crecer el individualismo, la indiferencia, la corrupción, la droga en nuestros hogares, entre nosotros y en nuestros barrios. Nos gusta más tomar cerveza en la calle, ver novelas y series televisivas, pasar horas y horas en el celular o embrutecernos con las noticias de la televisión nacional… en vez de organizarnos entre familias, vecinos, trabajadores, desempleados y entre cristianos.
Una mayoría de católicos y de evangélicos atrasados siguen creyendo con sus pastores que la política es algo sucio, cuando desde un siglo en la Iglesia católica se nos dice que “la política es la mayor expresión de la caridad cristiana”, como acaba de repetirlo el papa Francisco.
¿Cuándo vamos a despertar y salir de esta cárcel del miedo para ser personas de cuerpo entero, compañeros de camino ancho, amigos de verdad los unos con los otros, cristianos de ojos abiertos? ¿Por qué los grandes medios de comunicación nos mienten, nos engañan y nos manipulan sin ninguna vergüenza? ¿Por qué las prédicas desde los púlpitos limitan el mensaje de Jesús a una moral sexual obsoleta que lo quiere controlar todo?
Nuestra ignorancia es culpable, y culpable también nuestra pasividad, porque otras maneras de vivir, de convivir y de creer son posibles y en marcha. ¡Despertemos a la realidad actual! Así nos construimos como personas dignas y como pueblo valioso. Seamos juntos los artesanos de un Ecuador mejor.”