Diego Lara León
Un hombre amable y experimentado, ya en sus años grandes y luego de haber trabajado toda la vida creando empresa y generando empleo, decidió un día, retirarse. Para ello había, junto a su esposa, comprado hace algún tiempo una bonita propiedad en el campo muy cerca de un lago.
Una vez instalados en aquel paraíso, la esposa luego de varias semanas, notó que aquel buen hombre no era feliz. Él reconoció que necesitaba estar activo, que debía seguir creando empleo y generando empresa.
Luego de meditar por algún tiempo decidieron abrir un pequeño, acogedor y temático restaurante. Ella cocinaba muy bien y el siempre fue aficionado a los vinos y a los postres.
En poco tiempo montaron el restaurante que empezó a tener clientes, sus comensales eran vecinos, jubilados, y alguno que otro visitante que esporádicamente llegaba al pueblo.
Pasado el tiempo el restaurante empezó a ganar fama en los pueblos vecinos, pues la gastronomía y atención eran definitivamente sobresalientes. Además, esta pareja de jubilados había decorado el sitio con el gusto exquisito que lograron desarrollar con un sin número de viajes por el mundo conociendo culturas diferentes. El viajar sin duda enriquece el intelecto y el espíritu.
El restaurante estaba ubicado en la primera planta de aquella casa que ahora era su hogar. Sin embargo, el agua que utilizaban debía ser acarreada desde el lago, ubicada a unos 300 metros de distancia. Este buen hombre se había resistido a ingresar maquinaria para montar un sistema de agua entubada con bombeo. Prefería cuidar el equilibrio ambiental.
Uno de sus hijos, quien quedó a cargo de conglomerado empresarial, llegó a visitarlo, y con él llegaron los gerentes de todas sus empresas. La idea era tener unos días de relax para renovar ideas y seguir desarrollando los negocios.
Una noche nuestro amigo jubilado los invitó a todos los gerentes y les propuso un reto. Nombraría vicepresidente a aquel que le indique cual de las actividades del restaurante es mas ineficiente y debe cambiarse; y, cual línea de negocio podría abrirse para diversificar el negocio del restaurante.
Durante los siguientes dos días los gerentes pasaron observando todo, participando de las actividades y haciendo consultas en la literatura empresarial.
Al finalizar su estadía se reunieron para entregar sus resultados, esperando obtener aquella vicepresidencia.
Sorpresivamente, todos coincidieron que la actividad más ineficiente que tiene el restaurante, es llevar el agua desde el lago hasta la casa.
Es más, todos apuntaron a uno de los dos empleados que cumplían la tarea. Uno de los trabajadores, utilizaba el camino más corto y cumplía su trabajo muy rápido y sin derramar una sola gota de agua. Sin embargo, el otro empleado, utilizaba el camino mas largo y para colmo llegaba solo con la mitad del agua.
Conclusión unánime, cambiar el empleado que derrama agua y usar el camino más corto.
Con respecto a que negocio abrir junto al restaurante, todos apostaron por una cava de vinos, aprovechando el enorme conocimiento y amor por el vino que tenía el empresario jubilado.
Nuestro buen y sabio amigo, con la tranquilidad que dan los años, anunció que ninguno había pasado la prueba y la vicepresidencia seguiría vacante hasta el siguiente año.
Todos pidieron explicaciones. La respuesta fue una lección de vida.
“Queridos gerentes, ¿me pueden describir como es el camino corto por donde mi querido trabajador lleva el agua sin regar una sola gota?” Todos dijeron que era un camino limpio, casi desértico.
Nuevamente preguntó: Y, ¿cómo es el camino largo por donde mi otro, también apreciado, trabajador riega la mitad del agua que lleva? Ahh, exclamaron al unísono, ese es un camino lleno de flores.
¿Por qué creen que está lleno de flores y el otro no? Pues porque las multicolores flores son regadas de forma diaria por el agua que se queda en el trayecto, ¡el agua no se desperdicia, el agua crea ese bello jardín!
Finalmente, la última pregunta: ¿Han visto que mis comensales visitan el lago? ¿Han visto que camino utilizan? “El de flores” dijeron al mismo tiempo.
Pues el negocio que voy a inaugurar será un paseo al lago y lo llamaré ¡el camino de las flores!
Será que tenemos la respuesta y las oportunidades frente a nuestros ojos y no las vemos. Las ventajas comparativas muchas veces son invisibilizadas por estar pensando siempre en las ventajas competitivas o lo que es peor, en las desventajas.
Ser pesimista es malo, ser entusiasta es bueno, escuchar a quienes tienen experiencia es fundamental. La sabiduría no es un accidente, observemos nuestro entorno, ¿cuántos caminos de flores caminamos a diario sin darnos cuenta?
@dflara