Unas palabras para Félix Alvear

Luis Pineda

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Querido amigo Félix, te busco y no te encuentro… solamente aparecen tus huellas en el sendero de la vida… y, entonces, llega la realidad de que tu presencia física se ha marchado al infinito… y ese acontecimiento nos duele hasta el alma.

Con las palabras del poeta César Vallejo, evidenciamos el momento que vivimos:

“Hay golpes en la vida, tan fuertes… ¡Yo no sé! / Golpes… como si ante ellos, / la resaca de todo lo sufrido / se empozara en el alma… ¡Yo no sé!”

Pensábamos que el amigo del alma, que tantas semillas culturales aportó, nos acompañaría hasta cosechar los frutos de su largo y trabajoso caminar…

Sus palabras, sus compromisos, sus aportes, sus amores… resuenan hasta hoy y repicarán hasta siempre… porque la palabra humana solidaria y creadora… son palabras que atravesaron la historia y renovaron las esperanzas de las luchas en el campo cultural.

Tus palabras, orales y escritas, en diversas intervenciones públicas y privadas… frutos de tus sueños de sociólogo y antropólogo… fueron la primera piedra que arrojaste para romper el silencio de la academia lojana en relación al mundo de las Ciencias Sociales… confiamos que las universidades de nuestra “Loja doblemente Universitaria” recoja el reto y tengamos, en corto tiempo, facultades y carreras sustentadoras de las Ciencias Sociales.

Con tus mensajes llenos de sabiduría y musicalidad, hiciste realidad uno de los postulados más humanísticos y maravillosos de Eduardo Galeano:

“El lenguaje que dice la verdad es el lenguaje sentipensante. El que es capaz de pensar sintiendo y sentir pensando.”

Félix, con tu vida personal y aportes culturales, puliste una corriente donde ciencia y conciencia van de la mano… nos legaste la responsabilidad en la construcción de significaciones sociales a partir de tus enseñanzas de que la lucha política es siempre una lucha cultural.

Hoy hacemos un juramento: seguiremos tu camino cubiertos con el Arco Iris desde donde envolviste al mundo de colores y sabiduría; caminaremos por las montañas donde recibiste los susurros llenos de amor; nos bañaremos en las aguas de los ríos donde recibiste lecciones de ternura.

Prometemos no dejar de caminar por los senderos de la esperanza… por los senderos de nuestros sueños… por los senderos de las utopías.

Si para los lojanos es necesario recuperar el pasado para construir el futuro, para tus amistades es imprescindible investigar, recuperar y valorar tu legado porque: “Uno sobrevive en los demás: en la memoria y en los actos de los demás.” Eduardo Galeano