María Antonieta Valdivieso C.
Carlos Ruiz Zafón, uno de los escritores españoles más importantes de los últimos tiempos, murió el pasado 29 de junio, a los 55 años de edad, en Los Ángeles, California, lugar de su residencia. Como un homenaje a su memoria y a la excelencia de su calidad literaria recordaré parte de su vida y de su prodigiosa producción literaria.
Ruiz Zafón nació el 25 de septiembre de 1964 en Barcelona. Su padre trabajaba en una compañía de seguros y su madre era ama de casa. Asistió a un colegio jesuita y luego estudió informática. Después de trabajar en publicidad decidió dedicarse a la literatura. Su primera novela El príncipe de la niebla fue publicada en 1993, escrita y dirigida para un público joven, tuvo gran acogida y recibió muchos galardones literarios.
En los años 90 se muda a vivir en Los Ángeles, ya que admiraba sobremanera el mundo del cine, en donde trabajó como guionista. Consideraba que este era la suma de muchas disciplinas y la combinación de todas las artes. En esta ciudad conoce un viejo almacén de libros, que lo inspiró para escribir La sombra del viento, pero ambientó la obra en su natal Barcelona. Fue la primera novela de un proyecto que llamó El cementerio de los libros olvidados que incluye La sombra del viento, El juego del ángel, El prisionero del cielo y El laberinto de los espíritus
La sombra del viento, publicada en el 2001, ha sido traducida a decenas de idiomas y es uno de los libros en español más vendidos de todos los tiempos, solo superado por el Quijote de Cervantes, es una novela ambientada en la primera mitad del siglo XX, en una Barcelona que está lejos de ser la gran metrópoli cosmopolita que es actualmente.
La historia parte con la visita de Daniel, un niño de 10 años, quien es llevado de la mano de su padre a visitar un sitio secreto, una vieja librería conocida como el cementerio de los libros olvidados. El padre lo hace escoger un libro que será el suyo y del cual tiene que ser una especie de padrino. Selecciona uno al azar: La sombra del viento, de un tal Julián Carax y le dice “Cada libro, cada tomo que ves, tiene alma, el alma de quien lo escribió, y el alma de quienes lo leyeron y soñaron con él”.
A partir de ahí, siente una fascinación por el libro y su autor: busca su rastro, sus obras, lo que lo lleva a conocer y vivir una cantidad increíble de hechos y situaciones, que involucran su propia vida. La historia central es el trágico amor de Julián con Penélope, quien era de una posición económica y social superior a la suya; pero después se conoce una terrible verdad: es su hermana.
La obra nos permite vislumbrar los abusos policiales, la tragedia de la guerra civil española y las atrocidades de la época franquista. Larga e interesante novela, mantiene el suspenso a través de su narración. Poco a poco van desentrañándose los enigmas. Tiene un final feliz imprevisto. Termina con una historia similar a la que empezó: un niño va de la mano de su padre a conocer el cementerio de los libros olvidados, pero esta vez es Daniel, con su propio hijo, Julián.
En Rosa de fuego, publicada en el 2012, el autor sitúa el origen del cementerio de los libros olvidados en el siglo XV, en pleno auge de la inquisición española.
En el resto de libros de la saga intervienen los mismos personajes, los escenarios son los mismos, se van desentrañando, poco a poco, todos los misterios, resolviendo todos los conflictos, especialmente en el último que es El laberinto de los espíritus, que describe una España de la posguerra civil española. Ruiz Zafón dice que esta saga fue concebida con la intención de que su lectura se la haga desde cualquiera de sus libros, que en definitiva es un laberinto con cuatro puertas de entrada y que por cualquiera de ellas se puede acceder.
Sostenía en entrevistas a diferentes medios, que sus obras son el retrato de sus obsesiones y que en ellas encontramos todos los géneros: historia, romance, acción, intriga, suspenso, que quizá por ello hayan tenido tan buena aceptación. Se mostraba reacio a que sus obras sean llevadas al cine, o representadas en series, que son de tanta actualidad. Pensaba que se perdería el objetivo que se tiene al escribir: que el lector lea, pues sus libros están dirigidos para un público que ama la lectura, que disfruta del placer de leer. Ser lector permite vivir vidas paralelas, reencontrarse con la diversión, conocer el pasado con objetividad, para proyectar un futuro que garantice días mejores para la humanidad.