La empatía, ingrediente del progreso social

La empatía consiste en la identificación mental y afectiva de un sujeto con el estado de ánimo de otro. El funcionamiento del cerebro humano, aun en el siglo XXI, es el enigma más complejo, esta masa dúctil que alojamos en nuestra cabeza de un volumen de apenas 1300 cm cúbicos es el reservorio y el engranaje de nuestras pasiones, anhelos, habilidades y recuerdos que incluyen la memoria y el aprendizaje, la atención, el lenguaje, y las funciones ejecutivas (capacidad de planificación y monitorización de la conducta), la meta cognición (en la forma en que pensamos), la percepción sensorial (interior y exterior) y el movimiento.

Las neuronas y su funcionamiento han influido especial y relevante en el desarrollo de nuestra civilización y el avance de nuestra especie; la neuronas espejo representan el mecanismo neurobiológico más humano de nuestra sociedad; para establecer relaciones sociales con otros individuos y las relaciones interaccionales, interpersonales, percibimos en estado de conducta de otros que nos indica a practicar un comportamiento de cooperación y colaboración pro social para cimentar la empatía, a la vez que otras emociones como la vergüenza y la culpa, que son producto de una realidad evolutiva que promueve la asistencia social por lealtad y bienestar general.

Sin embargo no siempre funciona la empatía humana, hay conductas bestialmente atroces en el prójimo, la historia nos testifica, el abuso del poder, los enfrentamiento bélicos y actos de discriminación social e injusticia social, son actos de falta total de empatía por el sufrimiento ajeno, a pesar de ser congéneres y compartir la misma ideología, etnia, afinidad etcétera; estos diferente grados de diversidad social, se debe a que los mecanismos neuronales de la empatía sean menos sensibles; hemos visto que las neuronas espejo nos conceden la capacidad singular de ponernos en el lugar de otro y ver el mundo desde el punto de vista (físico y mental) de los demás para comprender sus intenciones, acciones y emociones.

La premisa fundamental en el caso de la robótica es el proceso cognitivo y afectivo que se les está imprimiendo a los robots humanoides para una relación más fluida con los humanos que brindan emociones y capacidades emocionales; un ejemplo patético de lo que expreso es el robot humanoide Sophia de Hanson Robotics, que es capaz de desplegar una gran variedad de expresiones faciales y de conversar.