Alicia en el país de la maravillas, es el conocido libro de Lewis Carroll, donde narra cómo Alicia, la protagonista principal enfrenta una serie de aventuras y difíciles situaciones que debe resolver con inteligencia e ingenio. Sin embargo, hasta una heroína de cuento puede llegar a sentir una terrible frustración ante ciertas circunstancias como aquella en que el sonriente gato de Cheshire le comunica que en este país están locos y la Duquesa -un poco menos exagerada que el gato- confirma que al menos la mitad de la población esta rayada.
Si el autor citado habría situado su obra en este nuestro país de las maravillas en los actuales momentos, el Gato de Cheshire habría estado totalmente en lo cierto y Alicia habría vivido las más inverosímiles situaciones en medio de lo que aparenta ser una locura generalizada.
Así es, locos debemos estar los ecuatorianos puesto que sin inmutarnos aceptamos todo lo que vemos suceder a nuestro alrededor como la cosa más normal del mundo. Aunque no contamos con el sutil ingenio del famoso Gato y su habilidad para el juego de palabras, bien podríamos tratar al menos de analizar qué es lo que está pasando y a qué se debe esta epidemia de locura. ¿Será acaso, nosotros, que somos la mayoría los que hemos perdido la razón o tenemos razón al pensar que la única cuerda “floja” es la del reloj?
Aquella famosa frase, lema de un sanatorio para enfermos mentales: “no están todos los que son, ni son todos los que están” es muy ilustrativa de lo difícil que a veces puede ser detectar quién mismo es el que esta fuera de foco. De allí que sea en ocasiones mejor “hacerse el loco” para de esta forma evitarse males mayores.
Sería de todas maneras interesante tratar al menos en “chiquis” de analizar un poco las últimas locuras colectivas y a sus fieles seguidores en torno al escándalo político que protagonizan: El Consejo Nacional Electoral del Ecuador, los partidos políticos: Creo y su líder Guillermo Lasso y Packakutik con su líder: Yaku Pérez, que exige el conteo total de votos de la elección para Presidente del Ecuador, por cuanto al decir de él hay fraude, y el otro candidato Lasso, que exige sé proceda de acuerdo a lo que señala la Ley
Si todos recordamos, todos absolutamente todos los candidatos a la Presidencia y Asambleístas fueron elegidos en las urnas, mediante el voto popular, por el pueblo soberano y digno, y por lo mismo los ecuatorianos, incluyendo a los políticos, debemos respetar la decisión ciudadana, por ello consideramos fuera de foco la campaña de guerra fría, de los políticos que se niegan aceptar los resultados, constituye una acción que consideramos pueda ser un poco anacrónica, en término de campaña negativa, que no contribuye en nada a la Democracia.
Para poder saber de qué lado está la cordura y de cual la sinrazón, quizás sea ilustrativo reproducir otro episodio de la historia de Alicia cuando trataba de determinar, ante las mutuas acusaciones de locura que se hacían el Lagarto y la Oruga, quien tenía la razón: “La Oruga cree que tanto ella como el Lagarto están locos. Si la Oruga fuera cuerda sería falso que ella y el Lagarto estuvieran locos, por tanto la Oruga (al estar cuerda) no podría creer este hecho falso. Por consiguiente la Oruga debe estar loca. Como está loca, su creencia está equivocada, así que no es verdad que estén locos ambos. De modo que el otro (el Lagarto) debe estar cuerdo. La Oruga está loca y el Lagarto está cuerdo”
De manera que si una entidad social o política se toma la molestia de buscar mejoras para todos los ecuatorianos, deben y tienen que reconocer las reglas del juego y sumarse a la mayoría que merece el respeto y apoyo de todos quienes pensamos estar, al menos, algo cuerdos, para salir adelante con la lid electoral. Así sea.