Una bufanda mantiene calentito el corazón del mundo, aunque sirve para el cuello. Me gustan angostas y bien largas, con impresión de tibieza perdurable. Me gustan gruesas y atadas al afecto, a la amistad, a la buena intención de los actos.
Una bufanda para un poeta, es un significado profundo, tiene que ver con cosas invalorables como la ternura, la dedicación, la tibieza de muchas cosas en esta vida. Una bufanda enrollada y pendiente del cuello es poesía, es prolongación de bondades que salen del corazón, como bendición, verso, palabra, caricia y sentimiento.
Una bufanda para un escritor, es más que accesorio y vestimenta. Es un mensaje profundo, una misión imperturbable. Escribir mensajes de existencia y en sus entrelíneas descifrar el amor, más plenamente que en cualquier otro lugar. Una bufanda dice que contra viento y tempestad no dejará de abrigar, que sea con un fragmento, una hoja o un libro y sus textos, hará justicia por encima de cualquier otra prioridad, es un brazo imaginario de filosofía, que existe para servir, hacer el bien, con sus letras, con sus signos, que nunca se pierden, porque una bufanda tiene que ver insoslayablemente con el bien.
Una bufanda para un filósofo, es algo muy diferente de lo que el resto de personas creen que es. El filósofo va a hallar otros significados que sobrepasan la trivialidad. Un filósofo la palpará, sentirá en su textura un lenguaje inteligible, en su tamaño un designio de existencia, en sus puntadas, en sus caracteres diferentes razones que hablan por sí solas de misiones, de llamados, de vocación y entrega. Y en sus tintes y colores, habrá teñido el iris del que la mira, del que porta y también del que ama la vida. Habrá esperanzas, hazañas heroicas, cosas que con tanta simplicidad no son comunes, pero, dependiendo de quién observe, se incorporarán para decir que el amor existe.
Una bufanda para un periodista, es sin duda una buena opción, para jornadas madrugadoras de cobertura intrépida, donde el abrigo es bienvenido. A la vez, es esa columna larga que lleva el mensaje más claro, más propio, más justo de verdad. Es defender la palabra a costa de cualquier riesgo, es ser objetivo pero muy humano, es decirle al mundo que en la selva de cemento e indiferencia, hay cosas que nos aman, nos miman, portadores de noticias, que iluminan la existencia.
Una bufanda para un maestro, para un defensor de causas justas, para un servidor del próximo, del otro; para un ser humano que ama la justicia, la belleza, la verdad, sea cual sea su tarea en la vida, es un puente que nos transporta a dimensiones más elevadas, al reino donde lo bueno para nosotros solo viene si lo realizamos para el otro. Una bufanda es un camino a cosas genuinamente buenas.