El problema de la pandemia que se torna insolucionable cada día nos sorprende con informaciones de los organismos que dictan normas para evitar el rebrote del virus como la OMS, nos habla ya de la necesidad de una tercera vacuna comenzando con los grupos vulnerables, en igual forma la industria multinacional de medicamentos nos informa y pone a la venta pastillas para evitar la contaminación o el rebrote de la COVID-19 y sus variantes que de distinto calibre se van presentando; al mismo ritmo crece la imparable delincuencia, pues, a diario nos informan del asesinato en la vía pública, últimamente en los transportes de buses y toda forma de delitos varios de ellos insospechados, lo que obliga a directivos como la Alcaldesa de Guayaquil que considera necesario que la ciudadanía porte armas para poder defenderse ante la boyante inseguridad, por el momento en los centros urbanos más poblados: Guayas, Quito, Manabí, Los Ríos y Cuenca, ya que la delincuencia nacional e internacional ante el severo control de la Policía y las Fuerzas Armadas comienza a desplazarse a localidades menos pobladas que viven relativamente en calma como aconteció hace pocos días en el Cantón Piñas, Provincia de El Oro, donde fue asaltada una Cooperativa de Ahorro y Crédito y se llevaron el dinero; no se puede desconocer la tarea permanente de la Policía Nacional en la requisa de armamento de variado calibre y proyectiles, que se adquieren en la vecina República de Perú donde está autorizada la compra-venta de armamento una parte que circula por nuestro territorio y llega hasta los centros carcelarios cuando no se produce la incautación; parecería que con el enclaustramiento obligado por la pandemia los delincuentes pudieron reunirse y formar nuevas bandas delictivas que acosan con la reaparición de nuevos delitos como “los dulces sueños”.
Últimamente no cesa el batallar entre el Gobierno Nacional con la Asamblea Nacional y en el mismo orden con los organismos laborales y en particular con el sector indígena sin llegar a ningún acuerdo, mientras el tiempo decurre sin solucionarse los problemas fundamentales como la reactivación económica mediante el proyecto de ley Creación de Oportunidades que no solamente tropieza con la oposición de la Asamblea sino también de organismos como la Corte Constitucional que muchas veces atrancan el paso de lo que requiere el Poder Central.
También apareció el escándalo de Pandora Papers, que involucra a una serie de personalidades de Sudamérica ya que la organización de Periodistas de las Américas que ha realizado esta tarea pide sanción para quienes mantienen su dinero en los paraísos fiscales evadiendo la obligación tributaria; al respecto y por cuanto muchos se preguntan porque lleva el nombre de Pandora, que consta en los mitos y leyendas griegas como Edipo Rey, Aquiles, Hércules, Elena de Troya, Rómulo y Remo que fueron llevados a la pantalla igual que la Caja de Pandora cuyo destino lo resolvían los dioses o las videntes, así sucedió con Pandora que fue dotada con todos los encantos de mujer que los dioses podían proporcionarle y por último el dios Zeus le dio una caja con la llave para que no la abra por curiosidad, lo que prometió, pero “la invisible avispa de la curiosidad” se había apoderado de Pandora y destapó la caja lo que causó una serie de males a la humanidad; en la época moderna se llevó a la pantalla la película de Pandora cuyos protagonistas fueron la inolvidable Rita Hayworth y Glen Ford. Más o menos estoy ilustrando temeroso de que la Pandora Papers nos traiga muchos males abarrotando los que ya tenemos.