Uno de los siete dones del Espíritu Santo es Sabiduría, es un sustantivo femenino. Encuentro en Oxford Languages esta definición: “Conjunto de conocimientos amplios y profundos que se adquieren mediante el estudio de la experiencia”. Aunque considero que es necesario, diría indispensable, hablar de ella en este tiempo en el que la sensatez, la prudencia y el sentido común parece que viajaron al centro del universo y su retorno es un misterio, un viaje sin boleto, la sabiduría es la gran desconocida. Hace unos cuantos días participé en un ciclo de conferencias virtuales, a través de un Instituto Hebreo, pude empaparme de la riqueza de su contenido. Agradezco a nuestra profesora judía Malka Kotzer por su sabiduría. Un modelo de persona y maestra. Con frecuencia se habla de sabiduría en plural. Hay muchos tipos de sabiduría, muchos más de los que conocemos. Toda la sabiduría que existe y toda la que se está desarrollando es un mar inmenso. La sabiduría, según Malka, es una figura femenina, como la mujer, la madre, la hermana. Algunos expertos dicen que la narración de Proverbios 9, de alguna manera, está relacionada a la mujer en el Jardín del Edén. Descubrirnos que la sabiduría se dirige como una madre a todos los seres humanos. La primera mujer, Eva, decidió comer del fruto y lo compartió con Adán. La curiosidad de Eva, de probar la fruta, era el deseo de saber más. La primera mujer es el símbolo de la sabiduría de la humanidad. Es una figura que quiere conocer e investigar. La consideramos en un nivel muy positivo. El Salmo 19 dice que la Ley del Señor es perfecta, que restaura el alma. El testimonio del Señor es seguro que hace al hombre sencillo. El Sabio de Praga habla del siete, que también representa las columnas de la sabiduría. Siete es el número perfecto. Nos habla de la naturaleza, del mundo que fue creado en seis días y uno más dedicado al descanso, según el Antiguo Testamento. En cambio, la Torah, es el número ocho. Es decir, lo máximo, la plenitud. Representa el octavo nivel, es el que está por encima de la naturaleza. Es su parte sagrada. Quiere recalcar la vida real. Relacionando, la mujer en la sabiduría que se relata en Proverbios 9, es la sabiduría del mundo que conocemos, la totalidad. Proverbios 9, 1, enseña que la sabiduría ha edificado su casa, ha labrado sus siete columnas, y en Proverbios 14, dice que la necia la derriba con sus manos. Vamos entendiendo que la mujer construye la casa material y la casa espiritual. Por ello, la sabiduría bíblica, en este entramado tan denso, pero apasionante, nos deja muchas lecciones. Este recorrido, en la sabiduría de Malka, nos lleva a cuestionarnos mucho. Nosotros, en el aquí y ahora, estamos impulsados a construir muchos niveles positivos de conocimiento. Dejar de lado falsas interpretaciones de la vida, cuyas consecuencias nos llevan a destruir nuestra vida espiritual, familiar, nuestra sociedad, nuestro cuerpo, nuestro mundo.