Calendario 2022 repleto de asuntos pendientes

Antonio C. Maldonado V. 

Como todos sabemos la nueva forma de vida, impuesta por la pandemia dificultó a la colectividad mundial y en particular a la nuestra, que recibió la solidaridad y ayuda económica y sanitaria de organismos internacionales y de algunos gobiernos, el cumplimiento normal de actividades que el sector público como el privado realizaban ya sea en beneficio propio como era costumbre y disfrazando los anhelos de la colectividad en las ofertas de campaña política y sorteos de “bicocas” en las temporadas navideñas y los viernes negros que se estilan en todo el país copiando a Norteamérica; a nosotros nos corresponde resolver los problemas que requieren efectuarse por el colectivo y el sector de los gobernantes; pues, debemos sacudirnos de las responsabilidad total del paternal Estado y todos actuar porque se solucionen, como la falta de empleo para millones de compatriotas y los que han logrado una colocación y con el sueldo fijado para la mayoría que es el salario básico unificado; no se cumple lo dispuesto en el Art. 33, de la Constitución de la República y posiblemente ese factor constituye el germen para el desarrollo de la corrupción y la inseguridad ciudadana que no para; algo que nadie lo toca constituye la falta de vivienda para los sectores marginales, aunque sea los medianamente confortables pero que dispongan de los servicios básicos a fin de poder cumplir los mandatos del COE Nacional y Gobiernos Seccionales en cuanto a la observancia de las medidas de bioseguridad, porque tenemos que seguir soportando los embates de la pandemia que no se solucionan totalmente con las vacunas y tiene que seguirse manteniendo y acatando por todos; sin embargo el Primer Mandatario a fin de no paralizar la ansiada reactivación económica y la recaudación tributaria efectiva con el cumplimiento de normas especiales como la presentación del carné de vacunación, soslayando parcialmente la ola de nueva contaminación del COVID-19 y los que van apareciendo, reactivación económica que todos la necesitamos especialmente la clase media y baja que a más de la deficiente atención hospitalaria y falta de medicamentos en los que tienen obligatoriamente que invertir sus modestos recursos y ahorros en esos menesteres, incluida la compra de la mascarilla de última moda.  

Algo que no se soluciona y queda siempre en el archivo es el problema del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social, cuya deuda adquirida por los gobiernos de turno no se paga poniendo en riesgo su existencia que conlleva la extinción de servicios de salud y otros a afiliados y jubilados, por cuyo motivo las autoridades del organismo, así como los directivos del Ministerio de Salud Pública están llamados por la Asamblea Nacional. 

Lo citado y una cantidad fantástica de problemas se avecinan, queda pendiente la controvertida asistencia presencial a clases a la que en varias localidades del país se oponen tanto autoridades como ciudadanía; inclusive para este 19 de enero, organizaciones sindicales, clasistas y de las nacionalidades indígenas, convocan a las protestas públicas para que el Gobierno Nacional atienda sus reclamos, cuyo listado se publicita en los medios de comunicación con entrevistas a los directivos de dichos organismos.