“El mundo se divide, sobre todo, entre indignos e indignados, y ya sabrá cada quien de qué lado quiere o puede estar.” Eduardo Galeano.
Al iniciar cada año, hacemos una serie de promesas y deseos para mejorar nuestra vida, la de los familiares y de la sociedad en general.
La mayoría de estos esfuerzos no se cumplen porque son desproporcionado a la realidad o porque pretendemos cambiar las estructuras mentales o materiales, de un día para otro.
Para realizar este proceso de manera posible y real, les ofrecemos un aporte anónimo que seguramente nos ayudará a proponer y realizar nuevas actitudes y compromisos para el año 2022:
«Hay dos clases de silencio: uno que asfixia y ahoga, otro que oxigena, equilibra y armoniza.
Hay dos clases de cansancio: uno tedioso y estéril, otro lleno de sentido, rico y fecundo.
Hay dos clases de soledad: una que hasta “acompañada” destruye, otra que «sola o acompañada», edifica, planifica y revive.
Hay dos clases de trabajo: uno que esclaviza y mutila, otro que vivifica, ilumina y libera.
Hay dos clases de risa: una que ofende y agrede, otra que alegra, entusiasma y reanima.
Hay dos clases de mirada: una que degrada y mutila, otra que enaltece, reconforta y sublima.
Hay dos clases de relaciones: unas que aniquilan y envilecen, otras que logran el milagro de hacer surgir lo mejor de nosotros mismos.
En la vida hay dos clases de todo o de casi todo. En ocasiones suelo decir, solo hay de dos sopas.
Así que cada uno de nosotros, desde el fondo de nuestros corazones, sabemos con qué clase de realidad decidimos vivir.
La vida no se nos da de una vez y para siempre. La vida se nos da cada día, cada minuto, cada instante».
Es tiempo de trascender de nuestra dualidad.
Así que ya saben … una de dos.”